Las fuentes de agua superficiales en el norte del país. Fotografía: E. Romero.
Un 70 por ciento de los pozos excavados a manos así como las fuentes superficiales, como quebradas y ríos, en parte del corredor seco de Nicaragua, presentan situaciones críticas de agua, demuestra un monitoreo realizado en marzo de 2020 por la organización no gubernamental Centro Humboldt, que actualiza ese diagnóstico.
En el Día Mundial del Agua, Victor Campos, a cargo de Centro Humboldt, expresó preocupación por la situación actual de los recursos de agua en el país, que en volumen y calidad son cada vez menores. A su criterio, esto ocurre porque quienes adoptan las decisiones administrativas sobre este recurso le han puesto más énfasis en la distribución que en la producción del agua.
“Nosotros creemos que para poder distribuir agua con equidad debemos producir agua en abundancia”, expresó Campos, quien señaló además, que el mal uso en general de ese recurso afecta a las poblaciones más vulnerables.
Destacó por ejemplo, que en Nicaragua los recursos financieros asignados para la gestión pública del ambiente, especialmente del agua “no alcanza ni siquiera el 1 % del Presupuesto General de la República”. Esto, dice Campos, demuestra “el nivel de prioridad que se le asigna desde la gestión pública a la gestión del recurso hídrico”.
A esto, Campos le sumó un marco normativo debilitado con la reforma a la Ley 620, Ley General de Aguas Nacionales que evidencia que existe una voluntad “de avanzar hacia la privatización del agua”, pues con la misma el régimen le abre la entrada a la empresa privada en la captura, almacenamiento y distribución del agua para consumo humano, así como la intervención de organismos privados en el saneamiento.
También, “la flexibilización del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA); ha contribuido al deterioro del recurso de la calidad y la cantidad en una buena parte del territorio nacional. A pesar de que el Estado de Nicaragua ha ratificado acuerdos internacionales como el de Minamata, que mandata la erradicación del mercurio, esta sigue siendo una de las principales fuentes de contaminación, por la proliferación y el aumento de la pequeña minería”, expresó el Centro Humboldt.
Campos demandó el cumplimiento del acuerdo de Minamata, pues dijo, el mercurio no debería ser una sustancia que circula por sedimentos y aguas. Hasta ahora han detectado el uso del mercurio en al menos un tercio de municipios del país donde hay actividades de pequeña minería.
Igualmente mencionó que en 2018 hubo una importación de 221 millones de dólares en agrotóxicos que van desde plaguicida, herbicidas, madurantes hasta fertilizantes sintéticos que caen directamente a las fuentes de agua.