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“¡¿Quién causa tanta alegría!”, el grito que llega con diciembre

Imagen de la Concepción de María, de la Catedral de Managua. Fotografía: Obrera de la Tecla.

Hace dos meses Escarleth emigró hacia los Estados Unidos en busca de un mejor futuro para su familia y su única hija, dejando en su tierra natal a sus seres queridos y su trabajo como operaria en una zona franca, en la capital. 

Lo que más añora del último mes del año, son las fiestas de diciembre y en particular las marianas, pues creció en un ambiente donde le inculcaron valores y la fe católica. 

 “Da melancolía no estar este año con la familia, nosotros tenemos la costumbre de salir a cantar en familia todos los 7 de diciembre y también hacemos el rezo en honor a la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, me entristece, pero tocó emigrar”, cuenta esta capitalina. 

Explica, que desde allá ha estado en comunicación con su familia, pero por la situación económica que viven y las deudas del viaje, además de la carestía de la vida, este año suspenderán el rosario a la “Guadalupana”, una fiesta que por más de 30 años ha unido a la familia. 

Grito surgió en León

La Gritería es propia de los nicaragüenses y se celebra el 7 de diciembre, quienes aclaman a la Madre de Dios, refiriéndose a ella como la Purísima y es en la víspera a la solemnidad de la Concepción de María. En esta singular celebración se ha combinado lo que es propiamente religioso con lo popular que se ha instaurado como una tradición.

Según historiadores, comenzó el 7 de diciembre de 1857 cuando un anciano sacerdote leonés llamado Gordiano Carranza, salió al atrio de la Iglesia de San Felipe donde se celebraba el último día del novenario de la Virgen María, y gritó ante los feligreses ahí congregados la pregunta que ha marcado a cientos de generaciones: “¡¿Quién causa tanta alegría?!”, la cual fue respondida por el mismo sacerdote Carranza y coreado por los fieles: “¡La Concepción de María!”.

Altares sencillos son preparados cada 7 de agosto en los hogares de católicos nicaragüenses. Fotografía; Archivo.

Posteriormente, a fines del siglo 19, el último obispo de la Diócesis, Monseñor Simeón Pereira y Castellón, inició la costumbre de proclamar oficialmente el comienzo de La Gritería en el atrio de la catedral de León, a las 6 de la tarde del 7 de diciembre, con el famoso grito de: “¡¿Quién causa tanta alegría?!” .

Desde entonces cada año el 7 de diciembre en cada Diócesis y sus parroquias inicia la festividad con el lanzamiento de ese mismo grito.

Tradicionales matracas al alza

Uno de los productos tradicionales para “el brindis” o “gorra” en estas festividades, son las matracas.  Pero este año debido a los costos de producción también subirán de precio, asegura el artesano Jesús López Palacios.

Cada año los costos de los insumos básicos principalmente la madera (blanca) tienden a incrementar y eso desde luego, requiere mayor inversión y variación en los precios al momento de ofertar el producto.  

«Este año pensé no trabajar porque todo está caro, uno se desanima,  pero también entristece dejar atrás esta tradición de familia, hace falta la elaboración que se hace entre risas y con mucho amor, pues integra a amigos y familia. Las matracas forman parte de nuestras vidas y no podemos dejar morir la costumbre de elaborarlas para la festividad religiosa, por eso hasta que Dios me mande a traer dejaré de hacerlo», expresó López, cuya casa se convierte cada año en taller durante los 50 días de trabajo, a partir del 15 de octubre hasta el 6 de diciembre cuando termina la temporada durante la cual elaboran 50 mil matracas.

Las tradicionales matracas elaboradas por artesanos de Masaya. Fotografía; Cortesía Voces En Libertad.

El año pasado, el cien de matracas en el taller de López tenía un costo de 400 córdobas, precio que incrementó esté año a 500. Pero en los mercados populares, el valor incrementa aún más, pues el comerciante debe obtener su ganancia.

Las manos laboriosas de la familia de Jesús López Palacios de la comarca Pacayita, ubicada al sureste de la ciudad de Masaya, han mantenido vivo el juguete tradicional cuyo ruido acompaña el grito: ¡¿Quién causa tanta alegría?!

El arte de elaborar artículos tradicionales de la Purísima es una herencia que forma parte de la vida de muchas familias como en el caso de Saúl López, quien desde su niñez, aprendió de su padre el proceso de elaboración.

 «Lo que tengo de vivir siempre he trabajado en las temporadas de elaboración de matracas, pues mi papá siempre llevaba esta tradición y con el pasar del tiempo, yo heredé la bonita experiencia de mantener viva la tradición», comenta López, cuyo taller tiene su mismo nombre.

Colaboración de Voces En Libertad.

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