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Privilegios a empresas influyen en tarifa de energía eléctrica

La tarifa de la energía eléctrica en Nicaragua es uno de los más altos en la región y en esto influyen los altos precios concedidos a la generación y distribución, que representan el mayor porcentaje del costo total de la misma, según un estudio de Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES).

Por ejemplo, del precio total el 61.7 % se lo llevan las empresas generadoras y un 34.7 % las distribuidoras mientras un 3.6 % por ciento le corresponde a transmisión, según el estudio «Mercado Eléctrico de Nicaragua: Diagnóstico y Recomendaciones».

En el caso de las distribuidoras, en este caso Disnorte-Dissur, le incluyen al consumidor el pago de las pérdidas de energía y que pasó del 12 % al 14 % . Hasta 2018 la pérdida de energía en distribución alcanzaba un 19.7 % cuando el promedio en la región es de 13.4 %. De todas estas pérdidas la empresa únicamente asume el 5%.

En 2019 el pliego tarifario aumentó alrededor del 19 % de manera general para todos los sectores y en el presente año incluyó a los sectores subsidiados. Pero a mediados del 2020 únicamente fue aprobada una reducción del 3 %.

El estudio de Funides explica, que el precio establecido para las plantas de generación influye el pago por la capacidad instalada y precio por potencia, así como los contratos de largo plazo y la capacidad excesiva de generación de reservas por encima de lo recomendado.

Por ejemplo, en el 2018 en Nicaragua las distribuidoras pagaron a las generadoras 116 dólares por megavatios hora, mientras en el resto de los países de la región el precio promedio fue de 74 dólares.

Es de destacar que las plantas de Albanisa y Alba Generación representan un 46 % de la capacidad térmica en el país y registran los precios por potencia más altos en el país, muy por encima con respecto a los casos de países en Centroamérica.

Además mientras la distribución y transmisión sí está regulado por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), la generación no tiene ninguna regulación y los contratos de compra venta de energía solamente se realizan a través de negociaciones directas.

El estudio explica, que la capacidad instalada de generación de energía en el país en 2018 fue de 1,467 megavatios y el sector privado posee la mayor cantidad en este aspecto. Y entre la capacidad instalada y la demanda  ha aumentado la brecha según los especialistas.

Mercado cautivo

El Funides señala, que las generadoras de energía tienen un alto poder de mercado pues mantienen un mercado cautivo, e imponen condiciones ventajosas en los contratos de compra y venta de energía con las distribuidoras, lo que al final se refleja en el precio que debe pagar el consumidor.

Entre los problemas mencionados por el estudio están: los contratos de pagos por potencia elevados, entre los que destacan por ejemplo, las plantas de Albanisa que representan la capacidad térmica del 46 % y  registran los precios por potencia más altos del país.

Estas empresas generadoras reciben dos tipos de pago, el pago por potencia y el pago variable por energía. Por ejemplo, el precio por potencia a las plantas de Albanisa y Alba Generación es de 14, 700 dólares.

Albanisa tiene una capacidad de 200 megavatios. En 2018 las plantas de Albanisa alcanzaron un cargo por potencia mensual de 2.9 millones de dólares y las de Alba Generación, que tienen una capacidad instalada de 110 megavatios, recibieron 1.6 millones de dólares.

Según el estudio, el problema no radica solo con Albanisa sino la mayoría de las generadoras térmicas que tienen precios por potencia por encima de los 10,000 dólares por megavatios cada mes, y en promedio los precios de las generadoras térmicas en Nicaragua es de 12, 635 dólares por megavatio cada mes.

Hasta 2015 en El Salvador por ejemplo, el precio regulado era de 7,800 dólares por megavatio cada mes. En Honduras es de entre 10 mil dólares a más de 11, 890 dólares por megavatios cada mes, y el precio por potencia de 5,800 dólares cada mes por megavatio.

Otro de los problemas que considera  el estudio es la capacidad excesiva de generación de energía existente en el país,  y esto es porque  la falta de regulación en el sector de generación incentiva la introducción de más agentes al mercado.

Aumenta generación de energía

Y pese a que las reservas de energía en la última década en Nicaragua se han mantenido fácilmente por encima del 50 %, la  generación de energía aumenta de forma excesiva,. Funides pone de ejemplo que en 2019 hubo un acuerdo de contratación de 300 megavatios de energía con base en gas natural, con la empresa New Fortres Energy  y la negociación indica que esta planta iniciaría operaciones en 2021.

Sin embargo,  las consideraciones de los expertos señalan que dado el nivel de demanda de energía en Nicaragua esta planta debería iniciar operaciones en 2026.

No obstante, las reservas existentes en el país en su mayoría es térmica y es una gran cantidad de energía no es consumida por los nicaragüenses y aún así debe pagar en sus tarifas, debido al acuerdo establecido de pago de precio por potencia, aún cuando no generen energía también, como sucede con las plantas Ché Guevara de Albanisa que actualmente no están  operando.

Hasta el 22 de julio la planta Ché Guevara  había producido 1,827  megavatios hora cuando el 2018 habían generado 369 mil 200 megavatios. Y esto obedece a las sanciones a Albanisa por la Ley Global Magnitsky, pero aún así estas plantas están siendo remuneradas en concepto de potencia por los términos de los contratos y así puede estar sucediendo con una gran cantidad de plantas.

A esto se agrega los plazos acordados para operar que en promedio es de 27 años cuando en otros países es menor. Aunque no existe información sobre el plazo acordado con las de Albanisa.

El estudio plantea una serie de recomendaciones entre las que destacan la aplicación de procesos de licitación, una regulación para los nuevos contratos y analizar la posibilidad de renegociar los contratos vigentes, así como a largo plazo considerar posibilidad de combinar la energía renovable con la no renovable.

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