Emprendedores aprovechan las ferias para dar a conocer sus productos. Fotografía: Voces En Libertad
En los diferentes municipios de Chontales, cada día se abren nuevos y pequeños negocios en puntos estratégicos de un barrio o en la principal vía de acceso. Un alto porcentaje está vinculado a la venta de tortillas o fritangas y muchas veces los locales no prestan las condiciones para atender a los clientes.
Emprender con pequeñas iniciativas de negocios en Nicaragua parece fácil, pero en la práctica representa un difícil reto. La mayoría ingresa con la ilusión de asegurarse ingresos estables para sufragar los gastos del hogar. Al final, muchas iniciativas no prosperan.
Juan Figueroa, un hombre desempleado instaló en su casa una venta de raspados. Sin embargo, no logra ampliar los sabores por la carencia de financiamiento. Además, le es muy difícil establecer su negocio como una marca en Juigalpa.
“Es cierto, se está promoviendo bastante el emprendedurismo y eso es bueno. Sería mejor que como parte de la promoción surgiera una casa que nos otorgara financiamiento con intereses blandos, porque en la actualidad para comprar la materia prima tenemos que prestarles a particulares y ellos, apenas nos facilitan 500 córdobas”, declaró Figueroa.
Figueroa logró darle vida a su negocio con un premio de dos mil córdobas que se ganó en un concurso de comidas navideñas que fue organizado en Juigalpa. Con ese capital compró vasos descartables, cucharas y servilletas, de igual manera, frutas y azúcar para preparar la miel.
Universitario sin oportunidades
Engel Barilla, es un joven que después de culminar sus estudios universitarios buscó una oportunidad de empleo y al no encontrarla se fue a trabajar a una finca familiar y días más tarde, descubrió que la venta de chicha de coyol podría convertirse en un negocio rentable.
“Mi iniciativa surgió de la nada. Ya estando en la finca una vez subí a mi facebook varios recipientes con chicha de coyol y de inmediato muchas personas me preguntaron si vendía. Ante tanta insistencia procedí a venderla por galón y ahora, tiene alta demanda”, contó Barilla.
La finca se ubica en la conocida cuesta “La Ñambara”, carretera Juigalpa-El Rama y cada semana produce 40 galones y su precio es de 180 córdobas. Es en Managua, León, Chinandega y Chichigalpa donde Engel Barilla, comercializa la deliciosa chicha de coyol.
Juan Gómez, habita en la comunidad de “Campana”, perteneciente a Muelle de los Bueyes, municipio de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, junto a su familia se dedica a la elaboración de chocolates y medicina natural para atender cuadros respiratorios, limpieza del sistema digestivo y purificación de la sangre.
Gómez ve dos obstáculos que no le permiten desarrollarse como emprendedor: la falta de financiamiento y el mal estado de la principal vía de acceso a su comunidad. Eso le impide salir en tiempo y forma a la cabecera municipal para entregar los pedidos.
Pese a que Juan ha participado en ferias en la Región Central e incluso en la capital para dar a conocer sus productos, todavía no puede satisfacer la demanda de sus clientes, porque necesita mejorar la presentación, registro sanitario y para eso requiere obligatoriamente crédito, pues son procesos que requieren cierto nivel de inversión.
“Necesitamos el financiamiento de alguna institución que nos apoye para estar más seguidos en las ferias. En esta he participado tres años seguidos y hay buena aceptación del mercado, es un buen producto”, enfatizó Gómez.
La poca accesibilidad lo obligó a salir de “Campana” y se trasladó a Nueva Guinea, para movilizarse con mayor rapidez a cualquier parte del país y así enviar también los pedidos que a diario recibe a través de las redes sociales. De este emprendimiento se benefician con empleos unas cuatro personas de forma directa.
Los mentores de estos negocios aspiran que a corto plazo surja una iniciativa financiera, que les otorgue el capital para inyectar más vida a estas pequeñas empresas que proporcionan sustentabilidad a las familias y empleo en sus comunidades.