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Paulo Abrão se despide en carta pública, en la que hace mención especial a Nicaragua

Luego de conocerse por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)  la decisión de llamar a concurso para seleccionar a la persona que ocupará el cargo de titular de su Secretaría Ejecutiva, el hasta ahora secretario ejecutivo Paulo Abrão, rompió el silencio y en una carta pública habla de su renuncia, explica ampliamente de la situación que le ha tocado enfrentar y transmite «cariño especial con Nicaragua».

Abrão quien llegó a Nicaragua en los momentos más crudos de la represión de 2018 tras las protestas sociales y que habló por los derechos humanos de las víctimas en diferentes instancias que le correspondió, se despide «con el sentimiento de haber cumplido una misión importante en estos últimos 4 años, bajo la orientación de la CIDH».

«Y mi compromiso con las víctimas, de reposicionar institucionalmente la Comisión para reencauzar la atención hemisférica en la protección de los derechos humanos de todas las personas de las Américas, especialmente ahora que enfrentamos una crisis masiva por la pandemia. Registro mi expresión de cariño especial con Nicaragua», señala Abrao.

En la misma hace referencia a la crisis entre dos de los Órganos Principales de la Organización de estados Americanos (OEA), en la que dice mantuvo una posición profesional de discreción institucional, «a pesar de que se inició una campaña de desinformación y declaraciones públicas que afectaron mi reputación y honor».

No obstante, Abrão externó respeto a las y los denunciantes contra su gestión. «Mi experiencia me ha enseñado que reclamar prácticas de hostigamientos y acoso no es algo sencillo para nadie». Al tiempo que recordó, que él durante 25 años ha estado enfocado en la defensa de los derechos humanos de las personas y en la realización de la justicia.

Destaca que durante 2019 la CIDH y la Secretaria Ejecutiva, han mantenido «una diligente y seria atención a cuestiones relativas al personal», celebraron por lo menos seis reuniones con la Oficina de la Ombudsperson durante las cuales abordaron materias generales sobre reclamos de un grupo de funcionarios no identificados.

Entre los señalamientos estaban evaluación y estímulos al equipo, ampliación de la competitividad en los concursos, diversificación y participación del equipo, mejorías en la comunicación interna, niveles de estrés y carga laboral, bienestar psicológico, seguridad en las misiones, políticas de reconocimiento y ascensos profesionales, etc.

Sin embargo, aclara Abrão, la CIDH y la Secretaria Ejecutiva «nunca conocieron o accedieron al conjunto de las situaciones individualizadas; solo recibieron informaciones y recomendaciones generales sobre el ambiente laboral». Estas recomendaciones, indica fueron atendidas e implementadas y agregaron otras sugeridas por la propia Secretaría en un amplio proceso de consultas internas con el objeto de mejorar las prácticas de la CIDH, de acuerdo con la información que se nos proporcionó.

Paulo Abrão. Fotografía de Archivo.

«Mi primer compromiso es con el derecho fundamental de denunciar por parte de todas aquellas personas que sientan que sus derechos se ven afectados», sostiene Abrão, quien explica, que hasta el último día que concluyó su primer período para el cual fue nombrado y ocho meses después de la comunicación oficial de la CIDH para renovar su mandato, la Secretaría General le informó al presidente de la CIDH, «su decisión de abstenerse de avanzar con la extensión de mi contrato de trabajo».

Y fue hasta el 26 de agosto que fue informado formalmente de la decisión de separarle del cargo por parte del Secretario General de la OEA.

Paulo Abrão destaca, que en esto la Secretaría General no respetó los procedimientos formales del artículo 21 del Estatuto de la CIDH que requiere una consulta previa obligatoria e informada a la Comisión; «y sin que se me haya notificado investigación disciplinaria alguna en mi contra».

La Secretaría General justificó su decisión en un Informe de la Secretaría de Asuntos Jurídicos que le autoriza hacerlo y otro Informe de la Oficina de la Ombudsperson en el que se crítica a mi gestión.  

Y recuerda Abrão, que desde el 30 de agosto la CIDH realizó todos los esfuerzos dirigidos a alcanzar un diálogo respetuoso «basado en tres premisas: i) la defensa de la autonomía de la CIDH en la selección o renovación de su Secretaría Ejecutiva (SE/CIDH) ii) la protección de los derechos de las personas trabajadoras de la CIDH; y iii) el debido proceso en cualquier proceso sancionatorio».

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