Rosario Soza, fue presentado el 13 de septiembre por la Policía. Fotografía: Tomada por la Policía.
A sus nueve años, la pequeña BGR, no solo observó impotente como Rosario Soza Centeno, de 32 años, violaba y le quitaba la vida a su hermana LGR, de 12 años, a quien degolló de dos machetazos, sino que luchó hasta donde pudo para no correr la misma suerte.
Después de presenciar el asesinato contra su hermana, la niña comenzó a gritar, por lo que el hombre se acercó a ella y la lanzó al monte, pero la pequeña testigo, “comenzó a luchar por su vida oponiendo resistencia y como mecanismo de defensa colocó sus manos para protegerse».
Soza empuñó el machete contra la niña y le asestó heridas en las palmas de las manos, luego la violó y cuando ya estaba totalmente indefensa le propinó seis estocadas en el cuello. Esto le provocó la muerte inmediata por hemorragia masiva externa, según la acusación presentada por la Fiscalía, este 15 de septiembre.
Soza admitió los hechos, ante la juez Sexto de Distrito Especializado en Violencia, Karla García Zepeda.
El doble crimen ocurrió el pasado 12 de septiembre en un desolado paraje de la comunidad Lisawes, en Mulukukú, en una quebrada donde las niñas habían llegado con la intención de bañarse y pescar, luego que llegaron a comunicarle a su madre que Soza la había llegado a visitar. Pero cuando la madre regresó de la quebrada, el hombre no platicó con ella más de 10 minutos y se retiró bajo el argumento que iría a cobrar un dinero.
Según el Acta de audiencia preliminar y de admisión de hechos, el fiscal auxiliar Julio César Bolaños Meza, planteó a la judicial imponga a Soza la pena máxima “por la brutalidad, alevosía y ensañamiento”, con que cometió los dos crímenes.
Por tanto, Bolaños pidió 25 años por el delito de violación contra cada una de las niñas y 30 por el asesinato agravado por cada una de las víctimas, lo que suma a 110 años de prisión en contra de Soza. La judicial fijó para este 25 de septiembre la lectura de sentencia.