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Monseñor Silvio Báez: “No perdamos la esperanza de una nueva Nicaragua”

En un mensaje de agradecimiento al pueblo de Nicaragua por el cariño expresado durante estos años como obispo auxiliar de Managua y que calificó como su mayor riqueza, monseñor Silvio Báez recomendó al concluir la Misa: “No perdamos la esperanza de una nueva Nicaragua”.

Este sábado Báez celebró una Misa en la Iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos de acción de gracias por las madres nicaragüenses en su día y por su décimo primen aniversario de ordenación episcopal.

Y aunque, dijo Báez, no esté físicamente en Nicaragua “yo estoy allí junto a ustedes orando por ustedes”, al tiempo que pidió que “no nos acostumbremos ni a la violencia, ni al sometimiento”.

Secretismo y mentira

Durante su homilía, Báez se había referido a la situación del país “agravada por una falta de política de protección frente al virus de parte de quienes están el poder, quienes además siguen exponiendo a la gente al contagio y manejan la crisis  con el secretismo y la mentira, han hecho mucho daño”.

Y que recordó a las madres que han perdido a sus hijos “a causa de la irracional represión que ha azotado a nuestro país desde abril de 2018”, al tiempo que encomendó a las víctimas del 30 de mayo de 2018.

“Estas madres siguen llorando y clamando  justicia y su grito como la sangre de Abel, asesinado por Caín llega hasta Dios, no podemos dejar de recordar que  hace dos años este hermoso día de las madres, se tiñó de sangre al ser asesinados una decena de jóvenes cuando las fuerzas tenebrosas y criminales de quienes ejercen el poder en nuestro país; atacaron la gigantesca marcha que se realizó ese día en Managua», refirió Báez.

Igualmente no olvidó  “a las madres nicaragüenses que siguen suplicando e implorando la liberación de sus hijos que han sido encarcelados injustamente».

«Todos sabemos que los presos y presas políticas en nuestro país no solo están privados de su libertad injustamente, sino que sufren maltrato y en estos momentos se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema frente a la pandemia”, manifestó el religioso.

A su vez, pidió a las madres cuidarse y velar por que en sus familias observen las reglas de higiene y de protección ya conocidas, y aconsejó que de ser posible permanezcan en sus hogares y solidarios con los más pobres y necesidades, sin olvidar la oración en familia.

“El Señor está a nuestro lado”, dijo Báez quien también rememoró su presencia en la Catedral de Managua, hace once años, “como un Abrahan al revés, a quien el Señor le pedía volver a tierras lejanas a su pueblo, a su casa y a los suyos”.

Anuncio del Evangelio en contacto con la realidad

Báez habló de su empeño por vivir su ministerio fiel a  la Palabra del Señor, la que ha anunciado sin cesar  “pero en contacto con la realidad dolorosa y dramática de Nicaragua en estos últimos años”.

“Esta misma Palabra también me ha llevado por caminos inesperados, y a veces oscuros y dolorosos, pero les confieso que la Palabra está siempre cerca de mi, susurrándome al corazón,no les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte”, expresó Báez.

Y haciendo referencia a la lectura bíblica en relación a la llegada de Pablo a Roma, indicó que “el apóstol puede ser confinado y aislado, incluso encadenado. Pero la Palabra de Dios nunca está encadenada y la inventiva y fantasía del Espíritu abre siempre nuevas modalidades de anuncio y de servicio pastoral”.

“Le pido también al Señor hoy que como a mi Madre Santa Teresa de Jesús me conceda la gracia de vivir y morir hijo de la iglesia asumiendo sufrimientos, las dificultades y los imprevistos del Ministerio en comunión y fidelidad a la iglesia”, dijo Báez.

Durante su homilía, Báez se había referido a la situación del país “agravada por una falta de política de protección frente al virus de parte de quienes están el poder, quienes además siguen exponiendo a la gente al contagio y manejan la crisis  con el secretismo y la mentira, han hecho mucho daño”. Y que recordó fueron las madres “las primeras en vivir esta tragedia junto a sus familias con miedo y con profundo dolor”.

No nos acostumbremos ni a la violencia ni al sometimiento

Nte la pandemia del COVID-19 en el país agravada por una falta de política de protección frente al virus de parte de quienes están el poder, quienes además sigue exponiendo a la gente al contagio y manejan la crisis  con el secretismo y la mentira, han hecho mucho daño.

Las madres nicaragüenses son las primeras en vivir esta tragedia junto a sus familias con miedo y con profundo dolor.

Y pidió a las  madres a cuidarse al igual que a sus familias. “Cuídense mucho, queridas mamás hagan que en sus familias se observen las reglas de higiene y de protección que ya todos conocemos”, aconsejó el obispo Auxiliar de Managua quien llamó que de ser posible permanezcan en sus hogares y a ser solidarios con los más pobres y necesidades, sin olvidar la oración en familia. “El Señor está a nuestro lado”, dijo Báez.

También le dedicó un mensaje a las madres que han perdido a sus hijos “a causa de la irracional represión que ha azotado a nuestro país desde abril de 2018” y encomendó a las víctimas del 30 de mayo de 2018.

“Estas madres siguen llorando y clamando  justicia y su grito como la sangre de Abel, asesinado por Caín llega hasta Dios, no podemos dejar de recordar que  hace dos años este hermoso día de las madres, se tiñó de sangre al ser asesinados una decena de jóvenes cuando las fuerzas tenebrosas y criminales de quienes ejercen el poder en nuestro país atacaron la gigantesca marcha que se realizó ese día en Managua y en la que fueron agredidas las madres y muchos ancianos y niños que también participaban”.

Igualmente no olvidó  “a las madres nicaragüenses que siguen suplicando e implorando la liberación de sus hijos que han sido encarcelados injustamente. Todos sabemos que los presos y presa políticas en nuestro país no solo están privados de su libertad injustamente sino que sufren maltrato y en estos momentos se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema frente a la pandemia”.

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