Hasta el 27 de mayo el Observatorio Ciudadano ha recibido reportes de 805 personas fallecidas, las que categorizan como muertes por neumonía y como sospechosas por COVID-19. De esta cifra 28 corresponde a personal de la salud.
Las muertes han sido reportadas desde 17 departamentos y regiones autónomas del país, y 69 municipios. No obstante, tres departamentos siguen a la cabeza con la mayor cantidad de muertes y estos son: Managua, Masaya y Chinandega.
Menciona el Observatorio Ciudadano que recibió reportes de 348 trabajadoras y trabajadores de salud con sintomatología asociada o presuntiva de COVID-19, originarias de 16 departamentos, principalmente de Managua, Chinandega y Masaya.
De las muertes sospechosas de COVID-19 entre el personal de salud, ocho corresponde a personal de enfermería, siete médicos, seis personal administrativo, dos visitadores médicos, un laboratorista y cuatro categorizados como “otros”.
Igualmente hasta esta fecha el Observatorio registra un acumulado de 3.725 personas afectadas en todos los departamentos y regiones autónomas (en 101 municipios). Hasta esta fecha el Ministerio de Salud “MINSA), reporta 759 casos confirmados, 354 activos, 370 recuperados y 35 fallecidos.
El Observatorio menciona que han conocido que durante la última semana se han presentado irregularidades como respuesta inadecuada del MINSA, entierros clandestino o sin avisar a las familias y a exposición de personas en actividades o aglomeraciones.
Por primera vez, hubo reportes de los departamentos de Boaco, Río San Juan y Nueva Segovia y en esta semana, fue verificada la información sobre 335 nuevos fallecidos, lo que representa un 70% de incremento en el número de muertes en relación a la semana anterior. Y preocupa el considerable incremento en número de casos en relación a la semana anterior en algunos lugares: Caribe Norte, Carazo, León y Río San Juan en 113%
“A la luz de hechos, datos acumulados en el país y artículos publicados en otros países, agencias internacionales y el propio trabajo del Observatorio Ciudadano, se puede afirmar que el Libro Blanco del gobierno está distanciado de la realidad. Puede ser calificado de inconsistente, no veraz y burocrático, en el que las evidencias científicas y las orientaciones de los organismos especializados de la salud son usadas con superficialidad o están ausentes”, refiere el Observatorio Ciudadano.