“La represión nunca ha cesado, sin embargo, es cíclica y se acentúa en fechas claves”, indica un informe del Monitoreo Azul y Blanco, presentado este martes y que entre el 4 de julio de 2018 y 2020 ha conocido 10,360 incidentes sobre violaciones a derechos humanos, que representa un promedio de 14 incidentes por día.
Se trata de un equipo interdisciplinario, integrado por personas y organizaciones de derechos humanos, de sociedad civil, redes territoriales, activistas en redes sociales, organizaciones de familiares de personas presas políticas y personas excarceladas, que monitorea y registra incidentes de violencia política y violaciones a derechos humanos relacionados al contexto de abril 2018.
En su informe estima que desde el segundo semestre de 2019 los hostigamientos ha sido la forma de represión más recurrente utilizada por el régimen, aunque señala que las detenciones, agresiones y amenazas han sido las estrategias represivas más usadas por el régimen.
Según este informe, la probabilidad de sufrir una detención arbitraria en el primer semestre de 2020 es menor en un 15%, en comparación a lo que representaba en el segundo semestre de 2018. Por otro lado, la probabilidad de sufrir hostigamiento en el primer semestre de 2020 es mayor en un 41.5%, en comparación al segundo semestre de 2018.
Y desde el segundo semestre de 2018, la probabilidad de que una persona sea asesinada en el norte nicaragüense aumenta en un 17 %.
Además hay hostigamiento constante de las personas excarceladas como estrategia disuasiva y desmovilizadora, así como la judicialización ha sido otra estrategia represiva. También los hechos de tortura, malos tratos y violencia de género dejan entrever lógicas represivas y vulnerabilidades particulares de algunos grupos.
Derecho a la verdad
Durante la presentación del mismo la comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, destacó que “el derecho a la verdad de las víctimas a veces demora en llegar pero termina llegando “.
Urrejola mencionó que mientras permaneció en el país el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI), tenía posibilidades de trabajar con las víctimas y otros sectores, pero al dejar el territorio, ha sido de gran importancia la alianza con la sociedad civil.
Al tiempo que resaltó la importancia de esa labor, pues dijo, “dedicarse a monitorear derechos humanos en un Estado como el actual donde hay represión hostigamiento, amenazas, no existen espacios democráticos, disidencia; obviamente es una labor arriesgada”. Y sobre todo, indicó, porque el Estado de Nicaragua no responde a la solicitud de información, para
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, señaló que la información del monitoreo “es un instrumento muy importante para la documentación de los casos que nosotros estamos investigando”.
Núñez recordó los primeros momentos de la represión y la lucha en 2018 cuando en el CENIDH estaban empeñados en que la información fuera constatada y verificada, y que representó muchas horas de trabajo.
“Este archivo que se hace con la información del monitoreo es un instrumento auxiliar muy importante para la documentación de los casos que estamos investigando… a través de la denuncia respectiva a través de la petición de la gente que quiere que su caso lo llevemos hasta el final”, dijo Núñez.