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Intimidaciones «buscan acallarme», sostiene sacerdote Edwin Román

Sacerdote Edwin Román – Fotografía: Manuel Esquivel

El asedio, intimidación y provocaciones que sufrió la noche del miércoles por parte de la Policía Orteguista (PO), el sacerdote Edwin Román no es el primero que enfrenta, en diciembre del 2018 fue retenido durante tres horas en Ochomogo, Rivas y una semana después, fue perseguido por un motorizado encapuchado con pasamontañas y personas que se movilizaban en una camioneta Hilux.

Ese día en diciembre, él se dirigía a Rivas adonde unos amigos que le invitaron a un almuerzo cuando una patrulla le requisó el vehículo, le metieron a una caseta y no le permitieron ni salir de la misma a sacar una botella de agua del carro.

«Y no me daban salida hasta que tuvieran una orden según ellos y lo que sucedió fue que como a las tres horas llegó una camioneta gris, sin placas, con una banderita rojinegra adentro y la persona que iba adentro llamó a los oficiales y dieron la salida», rememoró Román, quien comentó que ese día su trayecto hacia Rivas fue seguido de lejos por la camioneta.

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Perseguido por motorizado y una Hilux

Igual pasó una semana después cuando regresaba de Niquinohomo, de donde es originario, a Masaya cuando ya se aproximaba a Catarina empezó a asediarle un motorizado y detrás una camioneta Hilux blanca.

Para confirmar el asedio Roman ingresó a Catarina, y ambos vehículos se estacionaron vigilantes y luego él dio vueltas por varias calles e igual fue seguido, por lo que bajó a reclamarles ¿por qué lo seguían? El motorizado que llevaba un pasamontañas debajo del casco de motociclista solo respondió: » seguí, seguí».

Román dice que esa vez él reaccionó haciendo llamadas telefónicas de aviso de lo sucedido y allí dejaron de seguirle. Y él como prevención tomó otras rutas para regresar a la parroquia en Masaya.

Ese hecho Román no lo hizo público por precaución, pero aclara «no es por miedo». En esa ocasión Román lo informó a los obispos y a unos feligreses cercanos.

Todo esto es «para acallarme intimidar, pero no, yo no tengo temor ni me voy a callar ante lo que está ocurriendo en Nicaragua(..) no hay que claudicar en todo esto», refiere el párroco de San Miguel, en Masaya quien sostiene que el asedio proviene del más alto nivel del régimen. «Todo se maneja desde el cerebro, ya sabemos cual es el cerebro que hay aquí en todo esto. Las bases los otros servilistas pues hacen su trabajo», apuntó el sacerdote quien en lo más crudo de la represión en Masaya, no dudó en acompañar a defensores de la Asociación Nicaragüenses Pro Derechos Humanos (ANPDH), entre ellos su secretario ejecutivo Álvaro Leiva Sánchez para salir a auxiliar a quienes se lo pidieron.

«A quien se refiere? » fue la consulta efectuada a Román. «Estamos hablando de la dictadura, Daniel y Rosario y todos sus servilistas», puntualizó el cura, tras señalar que «todo esto es señal de debilidad, saben que están acorralados, arrinconados totalmente, de manera nacional y también internacionalmente, están contra la pared».

Feligresía lo respalda

Román conversó con Obreradelatecla.com minutos después de haber celebrado la misa de la mañana, cuando recibió la solidaridad de muchos de sus feligreses, cuando dijo «mucha gente más llegó ahora».
Román se refirió a lo que considera un montaje que han pretendido hacer activistas orteguistas a través de las redes sociales, intentando desacreditarlo aduciendo que manejaba ebrio.

En unas fotografías que circulan por las redes sociales aparece Román vestido de camisa color celeste en una mesa donde hay muchas botellas de cervezas, pero este señala que él no aparece «empinándose» una botella sino que está con un teléfono celular y en una foto sacada de contexto.
«Como que cortaron el cuerpo y lo pusieron en una mesa», sostuvo el párroco de la iglesia San Miguel en Masaya.

A esto se suma una nota de prensa emitida por la PO en la que sostiene que Román conducia en estado de ebriedad, rehusó someterse a la prueba de alcoholímetro y ofendió a los agentes, que posteriormente fue entregado al padre Bismarck Conde.

Román señaló que ahora por cualquier cosa a uno lo incriminan, «cualquier cosa, montaje ya sea en audio como a monseñor (Silvio) Báez o a otro padre aquí en Masaya o colocar imagen».

Además dijo, la noche del miércoles cuando fue retenido por Policías Orteguistas vestía de camisa negra, de las que usan los curas y no de celeste. Y los envases que aparecen en el vehículo son de agua, jugo, de café y agua refrigerante para el vehículo y «en ningún momento hay latas» y la misma PO tomó las fotografías.

«A mi no me asusta pues… ya uno está expuesto a cualquier, que lo incriminen, montaje. Es más, figúrese que hasta he dejado de visitar a fieles de la parroquia, amistades, inclusive un médico, clínica, cuando llego a ver a una familia aquí o a una clínica ya incriminan como que llego a dejar dinero, a tener reuniones. Las personas que se acercan a mi las incriminan en algo», sostuvo.

Reiteró que también le llegan a grabar las homilías de las misas que él celebra. «Eso no me atemoriza me gusta que lo hagan porque así se van a dar cuenta de lo que hablo de verdad. Las homilías mías son en base al evangelio. Y el evangelio, la Palabra de Dios no es algo del pasado, está actual», dijo Román.

El religioso recordó que no es la primera vez que sufre asedio, ya lo vivió en Nindirí, en la época que fue asesinado en agosto de 2011 el padre Marlon Pupiro, en el municipio de La Concepción, Masaya, cuando el se solidarizó con su progenitor que era feligrés de esa parroquia. Ese crimen, dijo, «quedó un tanto confuso».

Sin embargo el antecedente del crimen de Pupiro Román dice no le atemorizan las intimidaciones que recibe pues apunta: «todos nos vamos a morir un día, y más bien ya tengo la palabra que dice: hay que temerle más al que mata el alma y no el cuerpo; si la sangre mía como la de muchos del pueblo nicaragüense sirviera para abonar para una libertad, si el Señor me la pide por mi pueblo yo la doy. Vamos a seguir luchando en esta tierra».


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