El primero de enero Azahálea Solís conoció que su sobrino Kevin Solís, recluido en máxima seguridad en La Modelo, había sido golpeado. Un día antes, desde La Modelo circuló el video del preso político Ernesto Antonio Ramírez, en el que advertía que se coserían los labios y marcarían el cuerpo con la palabra libertad.
“Ayer lo vieron golpeado en brazos y cara”, confirmó de forma escueta la exintegrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Desde su cuenta de Twitter Solís recordó que su sobrino “ejerció derechos fundamentales y ha sido secuestrado, enjuiciado y torturado”.
Sobre la golpiza propinada en contra de Solís, así como de las posibles represalias adoptadas por funcionarios de la cárcel ante la protesta de los presos políticos que reclaman su liberación, no hay mayores detalles.
Esa falta de información de lo que ocurre al otro lado de los barrotes de La Modelo, mantiene en incertidumbre a los familiares de los presos políticos, aseguró el abogado Julio Montenegro, de Defensores del Pueblo.
No hay comunicación, los mismos familiares han tenido dificultades para poderse entrevistar con algunos de ellos, afirmó Montenegro.
“Ese es el temor de los familiares, porque algunos me han llamado planteando que temen esa situación de represalia”, indicó Montenegro tras señalar, que uno de los temores de los familiares de los presos políticos es que “no puedan recibir visitas”, como ha sucedido en ocasiones anteriores.
Montenegro también dijo, que sospechan que Ramírez pudo haber sido trasladado a una celda de castigo después de haber circulado el video.