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Huertos familiares, una alternativa ante la crisis sanitaria por COVID-19 apoyada por la UE en Rivas

Familiares con personas con capacidades diferentes participan en el proyecto de huertos familiares. Fotografía; Voces En Libertad.

Sembrar para sanar y, además comer de forma saludable, así se podría resumir el proyecto alimenticio que impulsa la Unión Europea en la ciudad de Rivas. En el cierre de este año se anunció la continuación de esta iniciativa, que pretende beneficiar a unas 18 familias que son integrantes de la organización Los Pipitos de Rivas. 

El proyecto consiste en impulsar huertos familiares como parte de resiliencia ante la crisis mundial sanitaria por el COVID-19 y está siendo auspiciado directamente por la Unión Europea (UE), sin intervención estatal nicaragüense.

El principal propósito de dicho proyecto es que las familias produzcan sus propios alimentos durante un período de ocho meses o un año. Para eso se les proveerá de todos los recursos necesarios. Por ejemplo, si los padres de familias beneficiados no tienen experiencia en la elaboración de huertos, se les capacitará en el campo de la agricultura para que en un futuro puedan ser autosostenibles.

Esta iniciativa de la UE contribuye a la seguridad alimentaria de las familias, lo que implica que cada miembro desarrolla un rol importante en el mantenimiento de los huertos como podar, regar, abonar, sembrar o retirar la cosecha para luego ser consumida.

“Nosotros hemos venido experimentado con el cultivo de estas variedades y me va a servir de mucho para solventar la economía de mi familia, si Dios quiere tendremos chiltoma, cebolla, tomate, entre otros, que son indispensable para el consumo diario”, afirmó Eveling Pérez Pérez, madre de un adolescente con discapacidad motora y que se une a la actividad agrícola.

Acompañamiento permanente

El agrónomo Marvin Traña, miembro del equipo que ejecuta dicho proyecto, explica que están pendientes del buen desarrollo del mismo para asegurar que las cosechas sean buenas y que las familias beneficiadas puedan tener una alimentación sana.

“Este proyecto desde su ejecución hasta su finalización le hemos estado dando seguimiento muy de cerca junto a las familias, para que no tengan pérdidas en sus cultivos. Estamos haciendo entrega de más semillas, como cebolla, perejil, pipián, pepino, ayote, rábano, espinaca, chiltoma más el abono para sus cultivos”, añadió el funcionario.

Eveling Pérez, con ayuda del agrónomo prepara los viveros para el huerto familiar. Fotografía: Voces En Libertad.

“Yo me siento muy agradecida, llevo un mes y medio con este proyecto de huertos familiares y ya  tengo sembrado culantro, chile, cebolla y estoy pidiendo ayuda para la germinación de los árboles frutales que tengo en el patio de mi vivienda,” mencionó muy satisfecha Amalia Alvarado Espinoza. 

La continuidad de este proyecto es recibida con entusiasmo por César Lumbí, habitante de Tola, porque asegura que le ha sacado el máximo provecho a este programa. Además, como él ya conoce de sus beneficios le emociona que otras familias que tienen niños con discapacidad también sean parte del mismo.

“Mi nieto tiene autismo y cuando nos hablaron de este proyecto me emocioné mucho, mi familia fue una de las primeras beneficiadas. Ya hemos logrado consumir la cosecha de frijoles y tomates, además, nos han facilitado las semillas que no podemos conseguir con facilidad en Rivas, como, por ejemplo el rábano, la zanahoria y la remolacha”, destacó Lumbí.

Según datos de la Unión Europea con este tipo de proyectos también ha apoyado la economía rural y la seguridad alimentaria en el norte de Nicaragua,  cuya iniciativa está permitiendo a las poblaciones de las zonas beneficiadas tener una dieta balanceada, rica en vitaminas y minerales.

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