Pese a las sospechas de que la pandemia del COVID-19 golpea a las puertas de diferentes ciudades del país, hay sectores religiosos que han desoído las recomendaciones de prevención orientadas por la Organización Mundial de la Salud (OPS/ OMS) y han mantenido sus servicios religiosos.
Ha trascendido expresiones de algunos pastores que justifican ante sus miembros el hecho de mantener sus iglesias abiertas que es «para no darle gusto al diablo».
Y aunque en ninguno de los casos se ha confirmado la muerte o el contagio por COVID-19, existen sospechas que si estén vinculadas.
Por ejemplo, este lunes 11 de mayo fue reportada la muerte de una pastora que residía en Batahola Sur. Sus restos mortales fueron enterrados a pocas horas de haber fallecido, reportan personas allegadas a esa denominación.
El domingo falleció por sospechas de COVID-19 en el hospital España, el pastor Daniel Herradora, de las Asambleas de Dios de un sector de Chinandega, así como también fue reportado el contagio de otro pastor junto a su hija en El Viejo, Chinandega. También reportaron enfermos un pastor de apellido Rojas, del Concilio Latinoamericano, en Tonalá y uno en Catarina.
Varios con síntomas de COVID-19
Mientras en Managua, hay versiones dentro de las denominaciones evangélicas que indican que varios miembros de la congregación de la iglesia Asambleas de Dios, en Managua estarían con síntomas del COVID-19, y sus líderes se rehúsan cerrar el templo y guardar las medidas de prevención que eviten exponer a sus seguidores.
Aparentemente en este caso, varios de los miembros habían insistido en que descontinuaran los cultos, pero no fueron escuchados.
Según una fuente, un grupo de esa congregación ha llegado incluso a pensar en una denuncia y demanda por haber expuesto a estas personas.
Por ejemplo, hasta el fin de semana pasado siguieron con cultos y vigilia masivas con sus miembros presentes y sin tomar medidas preventivas en iglesias como: las Asambleas de Dios, iglesia central Camino de Santidad que opera en el antiguo Cine Rex, así como Ríos de Agua Viva, del pastor Omar Duarte.
El justo ve el peligro y se aparta
El asesor legal de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Pablo Cuevas, quien se congrega en la Casa de oración para todas las naciones, recordó que «el justo ve el peligro y se aparta», pues eso manda Dios, «y cualquier otra cosa es necedad».
“Hay personas que tienen una concepción retorcida de la fe (…) Dios te manda a ser prudente, y si nosotros estamos viendo el peligro, y a eso me refiero de que hay anuncio de que hay una pandemia que la gente está muriendo ¿Cómo y qué nos están diciendo? Tenés que tener estos cuidados, no solo por preservar la vida propia, sino por preservar la vida de los demás”, dijo Cuevas
Además, Cuevas indicó, que ahora la tecnología permite otras alternativas, por lo que desde hace mes y medio el pastor Benedicto Hernández, dispuso cerrar la iglesia “como edificio” y crear un grupo de oración donde les comparte la Palabra a través de grupos en línea.
Cuevas estima que en esto incide en algunos el fundamentalismo religioso y en otros el compromiso adquirido con el poder, “porque lamentablemente el régimen ha corrompido muchas iglesias, ha corroído la honradez de muchas iglesias y ha comprado conciencias. Recordemos que tenemos un régimen prebendario”, sostuvo Cuevas quien mencionó que en otros casos también tiene que ver el diezmo.
“No es sabio ni es cristiano, exponer a un poco de gente a la muerte, que es lo que están haciendo”, señaló Cuevas.
CEN adoptó medidas de prevención
Es de destacar que la Iglesia Católica a través de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) fue la primera en adoptar medidas de prevención como celebrar Misas sin presencia física de los fieles, con transmisiones en vivo y sumarse a la campaña de Quédate en Casa.
No obstante, pese a esas determinaciones, aunque en menores casos, sobre todo en Semana Santa cuando ya había sido orientado la celebración sin presencia de fieles, hubo algunos sacerdotes que abrieron los templos a la feligresía.
El caso más reconocido ocurrió el 11 de abril durante la Semana Santa cuando en la parroquia de San Juan Bautista, en la comunidad indígena de Sutiava, León, el sacerdote Rodrigo Urbina permitió el oficio de las Siete Palabras y luego la Procesión del Santo Entierro, con gran asistencia de fieles.
Luego Urbina Vivas pidió disculpas, tras las críticas de la población. En ese mismo día también fue denunciado que el sacerdote de Nindirí, Masaya, Jesús Silva que efectuó el oficio con presencia de feligreses.
Casos sospechosos
En Nicaragua a pesar del silencio oficial, la población con videos caseros ha demostrado algunos hechos que hacen sospechar que las muertes o los contagios estén vinculados al COVID-19.
Desde hace varios días, en ciudades como Chinandega, Masaya, se ha vuelto recurrente los entierros nocturnos, o trasladados de inmediato de su muerte a los cementerios locales y los ataúdes trasladados por personas enfundadas en gabachas blancas, sin el acompañamiento de vecinos y en algunos casos custodiados por policías.
El Observatorio Ciudadano reporta a la fecha un acumulado de 1033 casos sospechosos de COVID-19, que incluye 16 casos confirmados por el Ministerio de Salud (MINSA).
A su vez, 188 muertes por neumonía y sospechosas verificadas por el Observatorio, que también registra 122 profesionales de la salud con sintomatología asociada o presuntiva de COVID-19.
Según el monitoreo, en 21 unidades de salud y diez departamentos se contabilizan 403 personas hospitalizadas con sintomatología asociada o presuntiva de COVID-19.