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Dos años de resistencia y compromiso por informar en Nicaragua

Dos años después que inició la insurrección cívica de abril en el año 2018, y de los constantes ataques a los que han estado expuestos los medios de comunicación y periodistas independientes de Nicaragua, la prensa independiente continúa bajo permanente represión y amenaza, por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se esfuerza por silenciar a los periodistas para matar la verdad.

En esas condiciones, con niveles de violencia que han ido escalando y cambiando de modalidad, el riesgo para ejercer periodismo en Nicaragua es muy alto, te puede costar incluso la vida, como lo ocurrido con el periodista Ángel Gahona.

Julio López Chavarría, periodista de Onda Local, fue uno de los primeros en sufrir la arremetida del régimen orteguista en contra de la prensa independiente. Dos años han pasado ya desde aquella brutal agresión en Camino de Oriente de Managua, que le provocó pérdida temporal de la memoria.

“A raíz de que Ortega llego al poder lamentablemente las cosas empezaron a cambiar para el periodismo nicaragüenses, tanto así que es una profesión de riesgo en nuestro país. Yo siempre iba a las coberturas, nunca andaba preocupado porque me siguiera la policía, porque me detuvieran, porque me metieran preso, que me agredieran; son cosas que nunca me las imagine, pero que si pasaron y siguen pasando”, sostiene el periodista de Onda Local.

Según el monitoreo de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, en estos dos años se registran más de 2, 100 actos de agresión contra periodistas y medios de comunicación, documentadas en   cinco etapas de represión.

Agresiones físicas, amenazas, asedio, despojo de equipos, lenguaje estigmatizante y campañas de descalificación con objetivos misóginos, muchas contra mujeres periodistas, han sido parte de los recurrentes ataques a la prensa independiente.

Con frecuencia, los y las periodistas que  documentan e informan sobre las sistemáticas  violaciones de derechos humanos  de los nicaragüenses, se convierten ellos mismos en víctimas, así lo reflexiona Ivette Munguía, reportera del medio digital Confidencial.

Munguía creía que la Policía antes del 2018 le podía brindar seguridad, ahora sabe que eso no es real y consciente de ello, ahora es más prudente  y reconoce que no puede bajar la guardia.

“Ha habido mucha madurez, tanto en el tema de corroborar información, de aplicar protocolos de seguridad personal, darse cuenta que muchas veces podemos dejar de ser quienes dan la noticia, para ser la noticia”.

Compromiso por la verdad

La valentía  y respuesta del periodismo nicaragüense para no permitir  ser silenciados por el régimen, es una muestra de un compromiso ético, destaca Guillermo Medrano, coordinador de Derechos Humanos de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, quien  enfatiza que han sido dos años  de “claros oscuros para la prensa independiente, porque a pesar de toda la ola de represión, hay varios aciertos que celebrar”, como la cohesión del gremio, la práctica del periodismo colaborativo, el nacimiento de la organización gremial  Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), el  surgimiento de más de veinte plataformas digitales de noticias, informando desde Nicaragua y el exilio.

“Estamos ante un periodismo comprometido, un periodismo de calidad, un periodismo que no le ha dado la espalda a la realidad”, destaca Medrano.

Abigaíl Hernández, de la comisión ejecutiva de PCIN, exalta que hombres y mujeres periodistas están ejerciendo en precarias condiciones económicas, sin salarios muchos de ellos, pero con una determinación “de decirle a una dictadura que no va a pasar lo que ellos quieren…nos golpean día con día, somos una prensa que está fuertemente vapuleada, pero que no está derrotada y que seguimos dando la batalla”, concluye.

El texto original fue publicado por República 18

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