Los nicaragüenses varados muchos de ellos desde el sábado en Peñas Blancas están en condiciones inhumanas, sin que Migración del régimen autorice que puedan cruzar la línea fronteriza que les permita llegar a sus hogares.
“Es una crueldad, inhumano y violatorio de derechos humanos” , aseguró Gonzalo Carrión, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, quien viajó a la frontera para conocer la situación de los nacionales y quien consideró que el impedimento propicia los riesgos de la pandemia.
Carrión conoció que son más de 500 los nacionales que dejaron Costa Rica con la idea de regresar a sus hogares, pero ahora enfrentan obstáculos para su retorno.
El defensor de derechos humanos llamó a la comunidad internacional y a los mecanismos de protección que tienen que ver con esta materia, a que no dejen desprotegidos a los migrantes nicas.
Carrión indicó, que el régimen debió habilitar un espacio en los terrenos migratorios en las fronteras para atender a los nacionales y facilitarles la prueba del COVID-19, porque el requisito de negativa del COVID-19 “es violatorio a los derechos humanos”.
Recordó que al respecto la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se pronunció en fechas pasadas en relación a que todos los Estados deben asegurar el adecuado recibimiento a los migrantes que retornan a sus respectivos países.
“Están en la completa desolación”, refirió Carrión, quien comentó que según el relato de uno de los nacionales que el régimen ha dejado pasar únicamente a los nicas que proceden de Panamá. Pero recordó que también los nicas en Panamá pasaron varios días a la espera que les autorizaran el ingreso.