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El otro virus contra el cual lucha el país, es «el poder absolutista e irresponsable», dice monseñor Silvio Báez

El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, este domingo elevó su voz por lo que consideró “una situación doblemente dramática” que enfrenta el pueblo de Nicaragua ante la pandemia del COVID-19;  y donde los médicos luchan contra “otro virus también muy nocivo que es el poder absolutista e irresponsable y poco respetuoso de la dignidad del pueblo” .

Recordó el Obispo Auxiliar que desde hace mucho tiempo el país vive una situación extrema de vulnerabilidad social, económica y política, que “a partir de 2018 entró en un callejón sin salida, en donde el pueblo lucha por construir una nueva sociedad, frente a un poder despótico, que se impone sin ética, sin corazón”.

“En Nicaragua quienes están en el poder están propiciando el contagio no han detenido las concentraciones masivas, deportivas, de diversión en la playa, de tipo político y todo esto propicia el contagio”, denunció el religioso desde el exilio, actualmente en Miami y que los domingos por la tarde brinda una catequesis en Facebook lives.

Rezar por los médicos

Báez, quien pidió rezar por los médicos, aseguró que ha conversado telefónicamente con algunos de ellos desde Nicaragua, donde pudo constatar que sufren y experimentan mucho temor para decir lo que ocurre, debido a que pueden anularles el título o perder su trabajo, aunque hay otros que dijo, más valientes, han dado la cara dejándose guiar por la nobleza de su corazón.

“Por eso me hago eco de las palabras de mi hermano monseñor Pablo Smith, en Bluefields (que dijo) a los políticos y a los politiqueros si quieren jugar con sus vidas háganlo y que Dios los perdone, pero no jueguen con la vida de la gente con la vida de la gente sencilla y pobre”, manifestó el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua.

Ante una pregunta de uno de los participantes, el religioso manifestó que “Nicaragua vive una doble problemática muy dura. Un poder autocrático, de corte dictatorial y hasta dinástico que se impone a sangre y fuego”.

El mejor antídoto es la confianza en Dios

No obstante, recordó que “el mejor antídoto al miedo, a la ansiedad y al desconcierto es la confianza en Dios», por lo que recomendó «no perdamos nuestra confianza en el Señor”.

Y aunque dijo el Obispo Auxiliar al momento es difícil evitar las graves consecuencias de la pandemia porque ya se entró en la cumbre exponencial del contagio, aún se puede evitar mayores consecuencias permaneciendo en la casa, al igual que lo ha hecho el resto de países en el mundo.  

 “Tomemos todas las precauciones que ya conocemos para por lo menos bajar un poco el golpe de esta situación tan dolorosa que está viviendo nuestro país. Desde acá les acompaño con mucha preocupación y con mi oración pidiéndole al Señor que les proteja y a la Purísima que mire con amor a este pueblo que tanto la ama”, expresó Báez.

Instó a la población a dialogar, ayudarse unos a otros, pero también rezar mucho e “ir soñando con fantasía a un futuro distinto (…) ir perdiendo el temor con mucha prudencia”.

 A su vez, instó a empezar a construir ya el tipo de sociedad deseado para el futuro poniendo interés  en los demás sobre todo por las personas  que están sufriendo más, que son más vulnerables y frágiles, pues “atender a los pobres es una exigencia de primer orden de la fe cristiana, porque es imitar a Jesús su primera opción”.

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