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Celebran 40 aniversario de apariciones de la Virgen de Cuapa, en Catedral de Juigalpa y sin feligreses

Por primera vez, tras cuarenta años, las apariciones de la Virgen María de Cuapa no fueron recordadas con una masiva celebración, ni en su Santuario como en años anteriores, sino en la Catedral de Juigalpa y sin presencia de la feligresía.

Desde abril pasado fue anunciado que la festividad masiva fue pospuesta para el 13 de octubre, fecha en que coincidirá con la visita de la imagen de la Virgen peregrina de Fátima que recorre el país.

Para esa fecha, monseñor Paul Oporta, Administrador Diocesano de Chontales y Río San Juan, espera que el país «esté bajo control de la pandemia». Y ya entonces, el Santuario estará abierto para recibir a los peregrinos.

En la homilía Oporta recordó que pastores y laicos están llamados a comunicar el mensaje de Cuapa, en momentos cuando refirió destaca la angustia y clamor no solo por la pandemia del COVID-19, sino por otros males.

Saldremos de esta crisis

No obstante, aseguró «con el poder de Jesús saldremos de esta crisis», que señaló son muchos los reportes de casos de afectados en todos los departamentos en los hospitales.

«Y el pueblo sabe y el mismo pueblo lo dice pero podremos con la colaboración de cada miembro de la sociedad, con el cumplimiento responsable de cada uno y el cuido propio de los demás por caridad cristiana», expresó Oporta, quien manifestó «saldremos adelante» con la confianza en Dios y el auxilio de su madre la Virgen María.

El religioso rogó a la Virgen María de Cuapa su intercesión para que haya una sociedad nicaragüense reconciliada, más unida y decidida a procurar la verdadera paz, desde la práctica y la justicia.

Uno de los mensajes que la Virgen le dio a Bernardo Martínez en sus apariciones fue: «hagan la paz, porque si ustedes no la hacen no habrá paz. No vayan a la violencia, no vayan nunca a la violencia».

Misas seguirán sin fieles

Al concluir la celebración religiosa esa Diócesis dio a conocer a través de un comunicado que a partir de la fecha «y hasta nuevo aviso cuando la situación lo sugiera», continuarán con las celebraciones de las misas sin presencia física de los fieles.

En las parroquias los sacerdotes celebrarán una única misa los domingos y los jueves, suplicando por la protección del pueblo y por el fin y mitigación de la pandemia, para lo cual deberán repicar las campanas para recordarle a los fieles que se sumen a la celebración de manera espiritual.

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