La Modelo es una de las cárceles del SPN. Fotografía: Archivo Manuel Esquivel.
De “duras y potencialmente mortales”, califica el Departamento de Estado de Estados Unidos las condiciones de las cárceles del régimen, en su informe anual 2020 sobre prácticas de derechos humanos en su capítulo referido a Nicaragua.
“El hacinamiento, el saneamiento deficiente, las dificultades para obtener atención médica y la violencia entre los presos siguieron siendo problemas graves en las instalaciones penitenciarias”, refiere el informe.
En cuanto a los prisioneros dice, sus condiciones continuaron deteriorándose debido a la infraestructura anticuada y al aumento de la población de reclusos.
“El gobierno informó sobre hacinamiento en cinco de las siete cárceles para hombres, con 15.333 presos con capacidad para 12.600, o un 22 por ciento por encima de su capacidad. Más de 1.000 de estos internos se encontraban recluidos en la cárcel conocida como La Modelo. Las organizaciones de derechos humanos siguieron preocupadas por el hacinamiento en las cárceles”, expresa el informe.
El documento señala, que muchos presos sufrieron malos tratos por parte de los funcionarios penitenciarios y otros reclusos. “Organizaciones de derechos humanos confirmaron que al menos nueve hombres detenidos en el contexto de las protestas de 2018 fueron sometidos a confinamiento solitario en celdas de máxima seguridad de la prisión La Modelo, en algunos casos durante meses”.
Según organizaciones de derechos humanos en esas cárceles del régimen guardan prisión de forma arbitraria más de 100 presos políticos.
También apunta, que los reclusos igualmente padecían de enfermedades a causa de parásitos, atención médica inadecuada, escasez frecuente y contaminación de los alimentos, agua contaminada y un saneamiento inadecuado.
COVID-19 agravó situación de cárceles
La pandemia de COVID-19 agravó estas condiciones sin que el régimen haya adoptado las medidas adecuadas para proteger a los reclusos de las enfermedades. Las autoridades penitenciarias prohibieron la entrega de kits de salud e higiene proporcionados por familiares a los internos para protegerse del coronavirus particularmente en el caso de los presos políticos, afirma el informe del Departamento de Estado.
“Grupos de derechos humanos informaron que las autoridades penitenciarias fumigaban aleatoriamente las cárceles con presos que todavía estaban dentro de sus celdas. Aunque las condiciones sanitarias de las reclusas eran en general mejores que las de los hombres, no obstante eran inseguras y antihigiénicas”, indica el informe.
Y apunta que aunque el defensor del pueblo del oficialismo podría actuar en nombre de los presos para considerar asuntos como alternativas informales al encarcelamiento para delincuentes no violentos, esto generalmente no sucedió.
Menciona que el régimen denegó todas las solicitudes de las organizaciones locales de derechos humanos para acceder a las instalaciones penitenciarias y únicamente permitió el monitoreo por parte del Comité Internacional de la Cruz Roja. Y en particular el régimen restringió el acceso a visitantes de los presos políticos como abogados y médicos.
Las condiciones en las cárceles y las celdas de detención temporal también fueron duras. “La mayoría de las instalaciones estaban físicamente decrépitas e infestadas de alimañas; tenía sistemas de ventilación, electricidad o alcantarillado inadecuados; y carecía de agua potable”.
El gobierno liberó a 8.114 prisioneros entre enero y septiembre. Muchos de estos prisioneros fueron liberados fuera de los procedimientos legalmente prescritos y se les dijo que su liberación fue «gracias al presidente», sostiene el documento.