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Brenes orgulloso del presbiterio de la Arquidiócesis que durante este año han sido calumniados, humillados y criticados


Poco antes que el cardenal Leopoldo Brenes impartiera la bendición al concluir la Misa Crismal, desde las primeras bancas en Catedral de Managua, donde estaba ubicado el clero de la Arquidiócesis, un sacerdote gritó:»No eran delincuentes, eran estudiantes».

La feligresía coreó lo mismo y hasta gritaron «¡Viva Nicaragua libre!.

Momentos antes, monseñor Boanerge Carballo agradeció el ministerio del obispo auxiliar, monseñor Silvio Báez y la feligresía agitaba banderas y coreaba «Silvio, amigo, el pueblo está contigo».

Fue una celebración religiosa cargada de emoción, Brenes ofreció la misa por las madres que durante este año perdieron a sus hijos, por los encarcelados, por los que permanecen en el exilio y por monseñor Báez, que pronto dejará Nicaragua para cumplir con el llamado del Papa Francisco.

Durante la homilía, Brenes refirió que este 18 de abril se cumple un año «difícil para todos», las agendas de las parroquias quedaron sin cumplir.

Brenes se mostró orgulloso del presbiterio de la Arquidiócesis quienes dijo: » no buscaron nunca aplausos, no buscaron una placa de reconocimiento, no buscaron un diploma…sin embargo, sí recibieron calumnias, humillaciones, golpes, críticas».

En los días más crudos de la represión los sacerdotes fueron el blanco de fanáticos orteguistas y de paramilitares.

El mismo Brenes, junto a monseñor Báez fueron víctimas de amenazas y golpes en la Basílica de San Sebastián, en Diriamba.

El templo de Jinotepe fue saqueado y su sacerdote asediado por orteguistas cargados de ira, igual en Masaya varios sacerdotes han sido hostigados y amenazados como el padre Edwin Román y Augusto Gutiérrez, ahora en el exilio.


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