Periodismo un sector en riesgo. Fotografía: Cortesía Noel Miranda de Artículo 66.
Una vez más este domingo los periodistas independientes de Nicaragua experimentaron el abuso de poder de los policías que asediaban el hotel capitalino donde el aspirante a la presidencia por la Unidad Nacional Azul y Blanco, Félix Maradiaga presentaría su propuesta a la nación.
Los periodistas fueron fotografiados, despojados de sus apuntes y en el caso de periodistas mujeres víctimas de toqueteos por parte de mujeres policías amparadas en el fusil que cargaban.
Todo esto ocurrió en víspera del Día Nacional del Periodista en Nicaragua, lo que reafirma que ha aumentado el asedio, hostigamiento e intimidación de parte de la Policía del régimen en contra de los profesionales de la comunicación.
“Tranquila no soy lesbiana”, fue el alegato de una mujer policía al reclamo de la periodista Kastalia Zapata que no se amedrentó por el fusil de guerra que portaba, quien la violentaba al toquetear varias veces partes de su cuerpo a quien reclamó por ello: “No es por tu orientación sexual, esto es un abuso, le dije e hizo mofa se puso a reír con todos”.
En ese momento que estaba siendo tocada, Zapata dice: “Me sentí impotente y si me sentí atada, porque ellos con sus armas yo no les podía decir más nada de lo que les dije. Me siento atada pero no callada, porque le dije a la mujer policía que era un abuso”.
“Porque tocamiento es un abuso sexual, yo no estaba de acuerdo con que esta mujer policía tocara mis pechos y la mitad del cuerpo me pasó la mano reiteradamente, ahora que iba ingresando al hotel capitalino donde Félix Maradiaga estaba dando a conocer unos compromisos a la nación”, expresó Zapata, periodista de la plataforma digital Al Grano.
Zapata aclaró, que cuando los policías le impidieron el pase antes de ingresar al hotel capitalino ella se identificó como periodista, “no me identifiqué como activista, no me identifiqué como que iba a la piscina del hotel o que iba a alguna habitación, como periodista independiente revisaron mi bolso, allí miraron que llevaba mi micrófono con el logo de la plataforma digital donde estoy trabajando ahora”.
La periodista independiente lleva 16 años en el ejercicio de la profesión que ejerce con pasión, pese a que desde 2018 a la fecha dice “yo no me siento segura como periodista (…) salgo de mi casa y no sé si voy a regresar(…) antes yo iba a mis coberturas y no me andaban tomando foto, siguiendo, hostigada”. Ahora es todo lo contrario la Policía la fotografía, igual que lo hace con sus documentos de identidad e incluso el vehículo en el cual se moviliza.
«Si sos hombrecito ¿Por qué no hablás?
Noel Miranda, periodista de Artículo 66, manifestó por su parte que el periodismo de Nicaragua está en una etapa crucial “donde o la bebés o la derramás” y actualmente dice “no he visto ninguna cobardía ante la situación difícil” que enfrentan los profesionales de la comunicación.
Y es por eso que Miranda refirió este 1 de marzo hay que celebrar que pese a la represión, pese a las amenazas de muerte y a la situación de peligro que enfrenta el periodismo nacional “aquí estamos firmes y diciendo presente”.
Miranda es uno de los periodistas que este domingo también sufrió del abuso policial, donde al ingreso a la actividad que daría cobertura, no solo lo fotografiaron sino que le revisaron el bolso que portaba, incluido los apuntes de la libreta yo le dije “esto es ilegal lo que usted está haciendo”.
Por respuesta escuchó Miranda: “Si pero si no la debe, no la teme”.
Miranda se retiraba del hotel capitalino al concluir la actividad, cuando un policía ordenó “revisalo” y luego uno de ellos mientras revisaba el bolso de Miranda lo espetó: “Ajá, ahora que estás aquí (…) si sos hombrecito ¿Por qué no hablas? Vos destilás veneno”. Luego el policía le arrebató los auriculares a Miranda y se los tiró al suelo.
“En una cobertura donde los policías están para cuidarnos, nos agreden”, comentó el periodista de Artículo 66, quien sostuvo, “me sentí humillado, no me esperaba esta situación”.
Y esto que según recordó Miranda ha sufrido agresiones, persecuciones, “me han amenazado con pistolas en la cabeza” y en fechas cercanas la represión la ha sufrido incluso con multas por infracciones de tránsito mal aplicadas.
En el último informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre la situación de Nicaragua, entre el 1 de agosto de 2019 y 31 de diciembre de 2020, menciona que esa Oficina registró 30 casos de intimidación, amenazas, criminalización y campañas de desprestigio contra periodistas o trabajadores de medios de comunicación.
Igualmente registró cuatro casos de medios de comunicación sometidos a allanamientos, destrucción de equipos y sanciones administrativas por expresar críticas sobre el Gobierno.
Pese a todo Miranda dice “yo estoy firme no estoy dispuesto a renunciar (…) amo lo que hago, considero que lo hemos hecho bien, aquí estoy no sé qué me depara mañana , que va a suceder más adelante”.
Despojan hasta las libretas
Desde su cuenta de Twitter el Director de Confidencial y Esta Semana, Carlos Fernando Chamorro protestó: “Condenamos el cateo policial contra los periodistas de Confidencial que brindaron cobertura al lanzamiento de la candidatura de @maradiaga. La Policía los bajó del vehículo para tomarles fotos, revisar equipos y requisó la libreta de notas de la reportera. Espionaje ilegal”.
“Consideramos que estas son obstaculizaciones del ejercicio periodístico que se viene recrudeciendo, estas acciones arbitrarias denotan absoluto abuso de poder”, sostuvo la periodista Abygail Hernández, quien también experimentó el asedio e intimidación de los policías a los que se opuso cuando pretendieron meter la mano a su bolso y revisar su cámara fotográfica.
“Como me opuse que me revisara me rodearon como cinco policías de las fuerzas especiales”, explicó Hernández, quien también es integrante del Consejo Ejecutivo de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), quien manifestó que con estas acciones abusivas “te quieran someter a una serie de procedimientos ofensivos, (…) son agresiones de tipo psicológico (…) no necesitan darte un golpe (…) porque estás pensando ahora como vas a salir”.
Hernández consideró, que “hay un interés de intimidar”, al periodismo independiente que no ha dejado de laborar a pesar de que todos coinciden en que ha aumentado el contexto de peligrosidad.
En el caso de Hernández, una vez que llegó al sitio de la cobertura una vez y bajó del taxi en el cual se movilizaba, de inmediato le pidieron su identificación, y aunque presentó su carnet de periodista, le exigieron presentara su cédula, la reacción de esta fue “no tengo por qué dársela”, por lo que de inmediato una mujer policía con fusil en mano le ordenó: “Abra su bolso” .
Y cuando ella va a meter la mano a sacar la cámara fotográfica de su bolso la periodista inquirió: “¿Por qué me va a revisar? Como me opuse que me revisara me rodearon como cinco de las fuerzas especiales”.
“¿Cuál es el operativo, por qué me tienen que requisar? Hay una actividad, sabe que vengo a trabajar”, refirió Hernández quien por respuesta escuchó decir que ellos la pueden revisar “porque tenían el derecho” .
Otra policía airada reaccionó “¡¿Por qué se ponen así?! (…) cómo que uno les va a robar” y empezaron a gritar, por lo que aseguró Hernández que “les dije que no me gritaran”.
Entonces Hernández observó a una policía con actitud intimidatoria que “toca el fusil” y le ordena “quítese la mascarilla para tomarle la foto”. Y como Hernández rehusaba, otro policía ordenó “quitásela”.
Hubo un momento en que “se me cae la mascarilla” y uno de los policías aprovecha “y me dice a ver le voy a tomar una foto”.
“Esta profesión la estamos ejerciendo cada vez más en indefensión, en peligro, en indefensión, así nos encontramos y así me encuentro (…) y considero que esta profesión es de valientes, no cualquiera anda en la calle con un micrófono», expresó Zapata quien advirtió que los periodistas «no somos enemigos del gobierno de turno (…) nuestro trabajo es informar lo que está ocurriendo”.
En anteriores ocasiones, la periodista de Al Grano ha sido golpeada durante coberturas, ha sido perseguida por motorizados vestidos de civil, en algunos sitios le han impedido el acceso para que pueda brindar cobertura, es por ello que cuando Zapata cada día que sale de su casa experimenta incertidumbre y zozobra pues “no sé si voy a regresar con vida. Mi familia lo sabe”.