Tras la muerte de varios pastores por sospechas de COVID-19, en varias partes del país, la junta directiva de las Asambleas de Dios a través de una circular informa a sus miembros el cierre temporal de algunos templos.
Los reverendos Pedro Pablo Rojas y Roberto Rjas, informan en su circular que «ante la creciente alarma por incremento de casos de COVID-19 en nuestro país», acordaron cerrar los templos ubicados en las ciudades principales, cabeceras municipales y zonas fronterizas del país.
Esta disposición estará vigente hasta el 31 de mayo, y a partir del 1 de junio harán una evaluación y decidir si deben abrir nuevamente los templos, objetivo del nivel de incidencia de la pandemia en su región.
En la presente semana ha trascendido la muerte de una pastora en Batahola Sur, de otro en Chinandega, mientras hay reportes de pastores enfermos en El Viejo, Tonalá y Catarina. Así como de pastores que optan por continuar con los cultos masivos.
A partir de las fechas las Asambleas de Dios anuncian que a diario transmitirán un tiempo de oración a las 7:00 p.m. Y anuncian el inicio de una jornada de ayuno este 17 de mayo hasta el 30 de junio el que distribuirán por región.
En el caso de las congregaciones que consideran menos expuestas por su posición geográfica, les señalan deben seguir practicando rigurosamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y anteriores comunicados, como el lavado de manos al entrar y salir, desinfectar las zuelas de zapatos, los instrumentos, micrófonos, entre otros.
Suspensión temporal
La Asociación Iglesias de Dios en Nicaragua, considerada la segunda denominación más grande en el país, a través de una circular dirigida a sus pastores señala que en reunión virtual de la junta directiva con pastores departamentales analizaron «la situación de la pandemia y como se está expandiendo en varios departamentos del país».
Por tanto decidieron la suspensión en lo que resta de mayo de los cultos presenciales en los templos de los departamentos, ciudades y municipios que están siendo afectados por el coronavirus.
En tanto el presidente de la Fraternidad de Iglesias Evangélicas Marcelino Obando Misión Centroamericana de Nicaragua, por su parte emitió un comunicado a través del cual orienta»ante la creciente propagación del COVID-19 (…) «suspender toda actividad Eclesial y Ministerial colectiva hasta nuevo aviso».
De esta manera la Fraternidad de Iglesias orienta el cierre de los templos, y hacer uso de los medios tecnológicos para acompañamiento espiritual de sus miembros, protección a los más vulnerables, tomar en cuenta las recomendaciones efectuadas por los expertos en salud y «no minimizar la realidad y efectos de la pandemia, ni hacer bromas al respecto».
Recomiendan reunirse en sus hogares
La junta directiva y la secretaría general de la Convención Bautista fue de las primeras en adoptar una decisión, el 7 de mayo emitió un comunicado mediante el cual señala que han seguido de cerca las noticias oficiales y paralelamente mediante el hospital y fuentes fiables sobre la evolución del virus y solicitan cancelar la celebración de los cultos en lo que resta el mes de mayo.
«Hemos de expresar que en este momento estamos en una etapa en la que debemos extremar nuestras nuestras medidas de higiene y seguridad con el objetivo de no infectarse, ni ser un vehículo para la propagación de este virus, lamentamos que en nuestra sociedad y ministerio ya tengamos presentes casos de este tipo oramos a nuestro Señor por la recuperación de ellos», señala la Convención Bautista en su comunicado.
En tanto el obispo Jorge Marrero, supervisor nacional de la iglesia de Dios de la Profesía, comunicó esa misma fecha que «considerando la cifra de afectados por COVID-19 el grupo de supervisión nacional, después de muchas horas de análisis y discusión consideramos que estamos en muy buen tiempo para tomar medidas preventivas para evitar la propagación de este virus , siguiendo una de las principales recomendaciones que es evitar la aglomeración de personas».
Por lo que determinan que los templos permanezcan cerrados y que la iglesia pueda continuar reuniéndose en sus hogares hasta que consideren viable regresar los cultos a los templos.