A dos días de que se cumpla el plazo de negociaciones que fue extendido por la representación de la Alianza Cívica, el régimen se niega abordar el tema del adelanto de las elecciones.
José Pallais, miembro de la delegación de la Alianza Cívica, advirtió que no se firmará ningún acuerdo final mientras el régimen no establezca el adelanto de las las elecciones, pero esto pasa también por la presencia de garantes, que tampoco lo resuelven.
El adelanto de las elecciones “es un tema irrenunciable”, sostuvo Pallais, quien señaló que “el gobierno se niega a abordar el tema de las elecciones adelantadas”.
El punto es lograr elecciones adelantadas, “no hay ningún otro camino más que reformar la Constitución y la ley electoral para que se puedan propiciar las elecciones adelantadas”, porque esa una demanda del pueblo de Nicaragua desde hace once meses, aseguró por su parte Azahalea Solís, también integrante de la delegación de la Alianza Cívica.
Daniel Ortega ha demostrado que está inhabilitado para gobernar. “O sea alguien que está inhabilitado para gobernar hay que sacarlo rápido”, sostuvo Solís.
Régimen tampoco acepta ingreso de garantes
En la reunión de este lunes ambas delegaciones abordarían ese tema y la Alianza Cívica propuso que sean la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (OACNUDH).
Se tiene que resolver el tema de los garantes para que el acuerdo de garantías ciudadanas tenga garantes, para que no se repitan hechos como los sucedidos el sábado pasado, explicó por su parte el doctor Carlos Tünnerman.
Sobre la represión policial del sábado, la Alianza Cívica dirigió una carta al nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag y al representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Ángel Rosadilla, a quienes le señalan que con la represión ejecutada por la Policía el régimen violentó los acuerdos del viernes.
Azahalea Solís, por la Alianza Cívica recordó que “es un orgullo participar en actividades cívicas y en la situación de peligro porque, “a diferencia del somocismo donde se reprimía con balas en ese entonces frente a una guerrilla que estaba armas, aquí estamos viendo a un dictador que reprime con balas sea por los agentes del Estado o por sus agentes parapartidarios, paramilitares que hemos visto a lo largo de estos años que ha sido una constante infiltrar gente en actividades cívicas con pistola en mano”.