El rostro calcinado de la imagen de la Sangre de Cristo, fue expuesto este domingo en Catedral de Managua. Fotografía: Antonio Ramírez.
Con rezos desde tempranas horas de este domingo, música fúnebre y Misa solemne, la Catedral de Managua rindió homenaje a la venerada y consagrada imagen de la Sangre de Cristo, a seis meses del estallido de una bomba incendiaria que causó severos daños a la imagen y al interior de su capilla.
“Con mucha tristeza a diario recordamos este lamentable atentado contra la preciosa y consagrada imagen de la Sangre de Cristo. Sin embargo, decía el santo Padre el día miércoles, refiriéndose a la Palabra, alguien podrá echar al fuego todas las biblias del mundo y sin embargo, la Palabra no se va a perder, y se podrá nuevamente escribir, porque esa Palabra quedó gravada en el corazón”, sostuvo Brenes en su homilía.


Y refirió, “la persona o las personas que planificaron este atentado pensaron que destruyendo nuestra venerada y consagrada imagen la fe en Jesucristo se perdía y no, porque la fe en Cristo no está pegada en la frente con saliva, sino que esa fe de nosotros en Jesucristo que fortalecemos a través de las imágenes está gravada en lo más profundo del corazón y lo que está gravado en el corazón, nada ni nadie lo podrá apartar”.
Preparan restauración de la imagen
Sobre la restauración de la imagen de la Sangre de Cristo, calcinada por la bomba incendiaria lanzada el pasado 31 de julio, el cardenal Brenes explicó que ya hacen consultas al respecto para lo cual han recibido apoyo del Arzobispado de Guatemala, donde el instituto técnico de restauración de Guatemala les ha prometido verificar in situs y ofrecerles un dictamen. Para ello ya han empezado a analizar los daños que suifrió la imagen con el material enviado.


Y de esa manera de forma “visible poder contemplar esa bella imagen que continuará llevándonos a ese encuentro personal con Jesucristo. Él es Palabra y es Palabra viva que encontramos en el Evangelio de San Juan y el Verbo se hizo carne”, dijo Brenes.

El 2 de agosto de 2020, el mismo Papa Francisco durante el rezo del Angelus, desde el Vaticano, también lo calificó como un “atentado”. Pero el mismo sigue impune, pues la Policía del régimen lo calificó de accidental.
«Pienso en el pueblo de Nicaragua que sufre por el atentando a la Catedral de Managua, donde ha sido muy dañada, casi destruida la imagen tan venerada de Cristo que ha acompañado y sostenido durante siglos la vida del pueblo fiel”, expresó en ese momento el Papa Francisco.
Un día después de esas palabras del Papa Francisco, el informe oficial determinó que el incendio fue causado por “vapores derivados del alcohol altamente volátiles e inflamables, concentrados en el interior de la cúpula de la Sangre de Cristo, por el uso del atomizador para desinfectar manos de decenas de feligreses, con alcohol de 96 % de pureza altamente volátil e inflamable”.