De forma urgente varias organizaciones de nicaragüenses en el exilio dirigieron comunicaciones a representantes de organismos internacionales de derechos humanos y de socorro, así como a líderes religiosos, a fin de solicitarles gestiones diplomáticas y ayuda humanitaria, para que pidan al régimen Ortega Murillo que permita a 56 nicaragüenses ingresar a su patria.
La correspondencia fue dirigida entre otros al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, al Papa Francisco, al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, al secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, así como al resto de agencias de la ONU.
Las organizaciones en el exilio les explican que se trata de migrantes nicaragüenses que habían viajado a El Salvador a trabajar y que ahora urgen de alimentos y techo; ya que desde el sábado al medio día están varados en el puente del Guasaule, en territorio hondureño, ante la negativa de ingreso al país por parte del régimen en momentos de la pandemia del COVID-19.
Las organizaciones explican que el grupo está integrado por mujeres y hombres que trabajaban en los departamentos de La Unión, San Miguel y Usulután, en El Salvador. Pero que ante a la emergencia suscitada por la pandemia del COVID-19 se quedaron sin empleo y tras 27 días varados en La Unión, optaron por regresar a su país.
Régimen olvida responsabilidad con sus ciudadanos
Haydee Castillo, del Instituto de Liderazgo de Las Segovias, desde el exilio, una de las firmantes refirió que con este procedimiento, el régimen violenta los derechos humanos y constitucionales de estas 56 personas, pues la responsabilidad del Estado es velar por la seguridad de sus habitantes, como lo establece en parte del artículo 25 de la Constitución Política de Nicaragua.
E hizo comparación, que mientras en el mundo los gobiernos han facilitado el retorno de sus ciudadanos e incluso han puesto a la disposición vuelos privados, «para que regresen a su suelo patrio», ante la pandemia del COVID-19, el Estado de Nicaragua hace lo contrario, en una demostración que «desprecia a sus ciudadanos».
«Es triste que estas personas tengan que viajar hasta El Salvador para ganarse la vida porque el mismo Estado de Nicaragua no les brinda las oportunidades», refirió Castillo.
Castillo señaló que el régimen tenía dos opciones: aprovechar los espacios del CA-4 para lograr que los nacionales tuvieran un espacio seguro en momentos de la pandemia, o permitirles el ingreso, hacerles las pruebas respectivas y mandarlos a cuarentena.
Sin embargo, los ha dejado a su suerte, dijo Castillo, quien refirió que este tipo de hechos confirman lo que repiten de forma constante de que «Nicaragua se quedó sin gobierno».
Además del Instituto de Liderzgo de Las Segovias, son firmantes de la carta: Nicaragüenses en el exilio, Nicaragüenses en el Mundo, y Nicas exiliados en El Salvador Unidos por Nicaragua.