Régimen alega que Nicaragua no es víctima de los carteles de la droga, informe de Departamento de Estado, señala que el país es vulnerable al narcotráfico. Fotografía: Archivo Manuel Esquivel.
El régimen ha continuado su discurso de que Nicaragua «es el país más seguro», sin que presente cifras actualizadas que le permita mantener esta aseveración y que ha plasmado en el Plan de lucha contra la pobreza por el desarrollo humano 2021-2026.
Los alegatos del régimen difieren del reporte anual sobre sobre el seguimiento de la violencia en el país, presentado la semana pasada por la especialista en temas de seguridad, Elvira Cuadra, en el que sostuvo que Nicaragua vive una ola de violencia política desde abril de 2018 a causa de la política de represión y el estado de excepción de facto que el régimen ha impuesto en contra de los nicaragüenses desde esa fecha hasta la actualidad.
Cuadra identificó, que entre enero y diciembre de 2020, la ocurrencia de 264 casos de asesinatos en diferentes lugares de Nicaragua, que dejaron como resultado 291 víctimas, de las cuales 244 eran hombres y 46 mujeres . Al hacer un comparativo con 2109, Cuadra sostuvo que hay un incremento de 123 casos que representa un 87. 2 % de aumento.
En el Plan de lucha contra la pobreza por el desarrollo humano 2021-2026, el régimen tampoco presentó las acciones que emprenderá en esta materia como parte de ese plan quinquenal, y una vez más repitió la existencia del llamado Muro de contención que alega ha sido efectivo en la lucha contra el narcotráfico.
Tasa de homicidios más baja
“Nicaragua se ha posicionado como el país más seguro de Centroamérica, con la tasa de homicidios más baja, con 8 homicidios por cada 100,000 habitantes, además de representar el muro de contención en la región contra el narcotráfico internacional y las maras que han llevado a altos niveles de criminalidad en países vecinos”, repite en su plan el régimen.
Al tiempo que repite que “Nicaragua no es víctima de los carteles de la droga y maras que hacen la vida muy difícil en algunos países vecinos”.
Igualmente el régimen reiteró su discurso del golpe de estado, pese a que el mismo fue rebatido por un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que realizó una investigación por encargo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y del propio régimen, el cual determinó que no hubo golpe de estado, sino que «se trató de una política de represión impulsada y avalada por la máxima autoridad del estado», y que además lo señaló de haber cometido actos que deben considerarse como “crímenes de lesa humanidad”.
El régimen utiliza como argumento de país más seguro un Informe Regional de Desarrollo Humano del PNUD de 2013-2014, en el que resaltaba la labor de la Policía. Sin embargo, dos informes recientes del Departamento de Estado y del Comando Sur difieren de las afirmaciones del oficialismo.
Primero fue un informe correspondiente al mes de marzo de 2021, Sobre la estrategia internacional de fiscalización de estupefacientes, de la Oficina de estupefacientes internacionales y asuntos de aplicación de la ley del Departamento de Estado de Estados Unidos, que en el caso concreto de Nicaragua externa una serie de preocupaciones, como que a pesar de la desaceleración de las actividades económicas a causa de la pandemia por COVID-19, sigue siendo vulnerable al lavado de dinero, a la corrupción, a la falta de transparencia, al narcotráfico. Y considera que la crisis sociopolítica ha desviado la atención de una lucha eficaz de las fuerzas de seguridad contra estos delitos pues se han dedicado a reprimir a los opositores.
Mientras el jefe del Comando Sur, almirante Craig S. Faller ante el Comité de Servicios Armados del Senado incluyó la semana pasada a Nicaragua, junto a Venezuela y Cuba como países que considera una amenaza directa para Estados Unidos.