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Nicaragua con respuesta «limitada» ante pandemia del COVID-19, dice el BID

 
“La capacidad de respuesta del país ante la propagación del virus es limitada”, según un informe confidencial preparado para Bancos Multilaterales de Desarrollo, asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un documento en el que analiza el impacto del COVID-19, en  Centroamérica, Haití, México, Panamá y República Dominicana (CID) 
Y destaca que  la Organización Mundial de la Salud (OMS) “clasifica a Nicaragua como un país de alta vulnerabilidad ante el COVID-19, ya que tiene un alto riesgo de recibir casos importados y un nivel 2 de capacidad de respuesta ante una posible propagación”.
Además, el BID resalta que Nicaragua cumple solo con tres de las siete medidas sanitarias establecidas en el Reglamento Internacional aprobado por la OMS para prevenir la propagación del COVID-19.  “Las tres medidas adoptadas por Nicaragua son los controles epidemiológicos en puntos de ingreso terrestres, aéreos y marítimos, la implementación de protocolos de vigilancia epidemiológica a nivel nacional y la cuarentena preventiva para nacionales y extranjeros por 14 días posteriores a su ingreso al país”, refiere el análisis del BID sobre el impacto del COVID -19 en los países de la región.
El mismo destaca que según datos del Banco Mundial, el número de camas hospitalarias por cada 1,000 habitantes en Nicaragua es de 0.9, mientras que el promedio de América Latina y el Caribe es 2.2, “lo cual refleja la brecha de infraestructura hospitalaria que enfrenta Nicaragua”.

En cuanto al impacto que la pandemia de COVID-19 puede tener para la región señala que la magnitud del mismo “dependerá de la duración de la pandemia, su propagación y las medidas de prevención y de respuesta de los países para contener y amortiguar el choque”.
Es por ello, que dice el BID, “la prioridad número uno es contener la propagación del virus a nivel doméstico para minimizar el impacto directo”. Y aunque señala que al momento el número de casos registrados en toda la región  es limitado,  “puede crecer de forma exponencial en ausencia medidas de prevención y contención y de responsabilidad social”.
 Y resalta que los expertos de la OMS  y la experiencia en  otros países de Asia y Europa destacan la importancia de “aplanar la curva y contener el contagio, para evitar un colapso del sistema sanitario y minimizar el impacto tanto en vidas como en la actividad económica”.
No obstante, advierte, que esto requiere de  medidas drásticas, entre las que menciona  restricciones de viaje, cierre de centros educativos, comercios y restaurantes, cancelación de eventos, prohibición de aglomeraciones, limitaciones a la movilidad dentro de las ciudades y medidas estrictas de confinamiento.  “Dado lo limitado de los sistemas de salud en los países de la región, la implementación oportuna de medidas de contención es esencial”, indica el BID.

Impacto podría ser de tres años de contracción económica

Sobre Nicaragua, el BID refiere que el impacto del COVID-19 a Nicaragua podría ser de tres años consecutivos de contracción económica, lo que podría llevar a un aumento en el desempleo, la pobreza y a una caída en los ingresos públicos.
Y su propagación  podría afectar negativamente al menos cuatro fuentes tradicionales externos de crecimiento de la economía nicaragüense debido al choque en la demanda agregada mundial, mientras que se podría ver favorecida por la caída del precio del petróleo y sus derivados al ser un importador neto.
Por ejemplo,  las exportaciones el COVID afectará la demanda de bienes nicaragüenses,  que representan un 26.4 % del Producto Interno Bruto (PIB) incluido el beneficio de Zona Franca, según datos del Banco Central para 2018, afectará su demanda por bienes nicaragüenses.

Las remesas enviadas por nicaragüenses que residen en el exterior también se verá afectada por el impacto que tendrá la pandemia en otros países. En 2019  las remesas alcanzaron 13.4%  del PIB,  provienen principalmente de Estados Unidos y Costa Rica.   El turismo también se verá afectado por las medidas de emergencia aplicadas en otros países por considerarse un foco considerable de transmisión del COVID-19. En 2019 el turismo representó   3.1% del PIB.
Y la Inversión Extranjera Directa (IED) que en 2019 se estima  representó un  2.6% en 2019 y  que por lo que considera “incertidumbre mundial por la pandemia” llevará a los inversionistas a ser  más cautos a la hora de tomar decisiones, que estos flujos ser verán ajustados a la baja. En cuanto a las importaciones de productos derivados del petróleo  estima que la caída de los precios de dichos productos favorecería parcialmente los términos de intercambio de Nicaragua y la demanda externa del país.
En caso de que la enfermedad se expanda recomienda que  la población, el régimen  y el sector privado deben adoptar medidas emergentes de resguardo durante un periodo de tiempo prolongado. Además estima que, el consumo e inversión de fuentes domésticas tanto público como privado, podrían resultar  afectados.

Proyecciones del MINSA

El mismo informe toma en cuenta las proyecciones del  Ministerio de Salud (MINSA) de 32,500 casos de COVID-19 en los siguientes seis meses, en el que  calcula «que pueden haber 32,500 afectados en un período de seis meses desde que el virus ingrese al país, de ellos el 75% podrían ser casos leves o moderados y 25% casos graves”.
“El comunicado (del MINSA) establece que si se toma como referencia una tasa de letalidad de 2.5%, el número de fallecidos podría rondar los 813. La tasa de incidencia utilizada como referencia en las proyecciones fue de 0.5% en un periodo de 180 días”, refiere el BID.
Sobre las acciones tomadas por el régimen menciona que a excepción de los controles epidemiológicos, protocolos de vigilancia y cuarentena preventiva por catorce días al momento de ingreso al país, aún no ha orientado la suspensión de las actividades en instituciones educativas, la suspensión de eventos masivos, el establecimiento de restricciones al confinamiento y la restricción a la entrada de turistas procedentes de países con alto grado de contagio de COVID-19.
Para ello dice el Ejército mantiene el cierre de puntos ciegos en las fronteras  a fin de prevenir el tránsito irregular de nicaragüenses que entran y salen del país, así como el paso irregular de migrantes que puedan evadir los controles de salud del MINSA.
Basado en un comunicado del MINSA, el BID señala que en el país están equipados 19 hospitales para atender casos relacionados al COVID-19. Y destaca que la mayoría de restriciones las ha promovido el sector como es el hecho de que las empresas privadas han dado la facilidad a sus trabajadores para realizar trabajo a distancia.
Igual las principales cadenas de supermercados del país han adoptado una política de racionamiento de productos de limpieza e higiene personal para evitar el desabastecimiento de sus tiendas. Seis de las nueve aerolíneas que operan hacia el país anunciaron que suspenderán sus vuelos. Varias universidades y colegios privados han decidido suspender sus clases presenciales. Igual  la  iglesia canceló  todas las actividades religiosas de Semana Santa y diversos centros recreativos como restaurantes, gimnasios, bares y clubes han decidido cerrar sus puertas hasta nuevo aviso.

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