Mientras este miércoles el primer encuentro de la negociación entre representantes del regimen Ortega Murillo y de la Alianza Cívica iniciaba a puertas cerradas a los medios independientes, la capital continuaba asediada por la Policía Orteguista, a cien presos políticos les pasaron de la cárcel a arresto domiciliar y en la Asamblea Nacional los diputados- la mayoría orteguista-aprobaba unas reformas fiscales.
Esta situación lleva a considerar a defensores de derechos humanos no existe un interés real por resolver la crisis en el país.
Para la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, con esto el régimen no está creando las condiciones para buscar una solucion a la crisis sociopolítica que está inmerso el país desde abril del 2018, sino que más bien «están enrrareciendo el ambiente» y advirtió que los dialogantes podrían estar cayendo «en la estrategia del secretismo», del régimen.
Por su parte, el presidente en Costa Rica de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), todo esto indica que no existe una voluntad de compromiso por parte del régimen por encontrar solución a la crisis y restituir la paz social.
«Todo lo que ha sucedido es el resultado de una retórica para socavar el proceso de la lucha cívica», por parte de la población, dijo Leiva, uno de los primeros defensores de derechos humanos obligado a exiliarse.
Segun dijo Leiva, esa organización continúa recibiendo denuncias de constantes violaciones de derechos humanos.
Conscientes que solo los medios del régimen tuvieron acceso al inicio del diálogo, la Alianza Cívica publicó avtravés de su cuenta de Twitter que en el primer encuentro definirán la hoja de ruta para asegurar un proceso transparente, efectivo y concreto.
«Muchas interrogantes se irán resolviendo conforme se acuerde el consenso, metodología, tiempos, mediadores, testigos y garantes», señala la Alianza Cívica que reitera el compromiso con la justicia y la democracia.
No obstante, no aclaran sobre la no participación de monseñor Rolando Álvarez que se conoció fue vetado por el régimen y únicamente asistieron como testigos el cardenal Leopoldo Brenes y el Nuncio Apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag.
- marzo 2, 2019