Tras una segunda visita que les fue permitida a familiares de los 33 presos políticos recluidos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), la situación del jurista José Pallais y de José Adán Aguerri, son motivo de preocupación para estos ante la alarmante pérdida de peso y la de Tamara Dávila por las condiciones de aislamiento a que es sometida.
Tanto Aguerri como Dávila cuentan con medidas provisionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), mientras en agosto pasado Pallais recibió medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La principal demanda que presentan los familiares de los detenidos es libertad sin condiciones. Este jueves dieron a conocer un comunicado a través del cual indican que entre el 11 y el 13 de octubre les fue permitido visitas por segunda ocasión, después de haber transcurrido más de un mes de la primera visita por lo que plantean que les permitan visitas periódicas y frecuentes pues recuerdan que es un derecho humano.
En el comunicado aseguran que persisten las violaciones a sus derechos humanos y al debido proceso. Mencionan que las causas de estos no aparecen aún reflejadas en el sistema del Poder Judicial con el objetivo de invisibilizarles y mantener su indefensión. Tampoco les han permitido reunirse con sus defensas técnicas, contrario a lo que dictaron los jueces en las audiencias iniciales. Todas las peticiones presentadas por sus abogados son denegadas o no resueltas y continúa la práctica de interrogatorios en ausencia de sus abogados.
A su vez, señalan que continúa el deterioro físico en la mayoría de ellos por lo que sufren de debilidad extrema por esta causa. Entre los casos que exponen con mayor preocupación está el del jurista José Pallais, quien ha perdido 50 libras y José Adán Aguerri, unas 30 libras. Muchos de ellos no tienen acceso al sol y otros solo una vez por semana.
Mencionan que existe un desorden en la administración de los medicamentos, los cuales les han sido entregados sin nombre, ni etiqueta, tampoco les han autorizado valoraciones médicas externas, y muchos de los detenidos sufren de ansiedad.
En vista que no les han permitido ingreso de ropa de cama padecen de frío por las noches y mientras en algunas celdas persiste la decisión de las autoridades de la DAJ de mantenerles las celdas con las luces encendidas las 24 horas del día en otros casos las celdas las mantienen en penumbra. En tanto hay casos que están en celdas solitarias como sucede con el caso de Tamara Dávila quien está sometida a aislamiento total y permanente.
También denuncian que durante las visitas sus familiares han observado un incremento exponencial de la fuerza policial, al tiempo que algunos de ellos han sufrido revisiones físicas humillantes que incluyeron el registro de la ropa interior y el despojo de objetos de uso personal como lentes, alcohol de mano, y fotografías de parientes enfermos y menores de edad. Así como excesiva grabación por medio de fotografías y videos sobre el encuentro,