Después de veinte años de vivir en una dictadura «reconozco a una, cuando la veo», sostuvo la eurodiputada Ana Gomes, en referencia a lo que pudo observar en dos ocasiones que visitó Nicaragua.
En enero pasado, pudo verla «más vengativa»,pues describió: calles patrulladas por policías, personas encarceladas como terroristas y entre las que mencionó a los periodistas Lucía Pineda y Miguel Mora y Olesia Muñoz.
Gomes fue una de las que se sumó a levantar su voz a favor del pueblo nicaragüense en la Eurocámara, pues considera que se han cumplido las advertencias de muchos nicaragüenses, en cuanto a que Daniel Ortega no quiere negociar, lo que se prueba con los nuevos intentos de negociación que «no se logró nada».
Gomes instó a sus colegas a que Europa haga la diferencia activando la cláusula democrática e imponiendo sanciones, sobre los responsables de la violación de derechos humanos en Nicaragua.
Y que debe incluir el congelamiento de bienes y prohibiciones de visados.
«Los Ortega Murillo y sus esbirros tienen que ser llevados a la justicia nacional e internacional para que pare de oler a funeraria en el centro de poder en Nicaragua», demandó Gomes.
La mayoría de los eurodiputados que tomaron la palabra, se inclinaron porque este jueves debe ser aprobada la resolución debatida este miércoles, en la que se suspenda a Nicaragua del acuerdo de asociaciones entre la Unión Europea y Centroamérica y se apliquen sanciones selectivas para responsables de las graves violaciones de derechos humanos.
Hubo «sentimientos de compasión»
Ramón Jáuregui quien encabezó la delegación que visitó Nicaragua en enero pasado, dijo que durante los cuatro días de permanencia en el país, todos ellos vivieron «de forma emocionada y con sentimientos de compasión», lo que pudieron constatar sobre la realidad que sufre la población nicaragüense.
«Este Parlamento Europeo está con el pueblo de Nicaragua, con el pueblo que llora a sus muertos, con el pueblo que sufre porque sus hijos están en la cárcel, con el pueblo que sufre restricciones a la libertad. Esta es una quiebra muy seria, muy grave, absolutamente condenable, sentenció Jauregui.
Tras señalar Jáuregui, que en Nicaragua hubo una revolución que se ha hecho totalitaria, «que desgraciadamente aplasta las libertades y aplasta a su pueblo».
Jáuregui al igual que otros miembros del PE insistieron en tres condiciones básicas para un diálogo en Nicaragua, que no han sido cumplidas por el régimen, como son la libertad de los presos políticos, libertad de movimiento para los líderes y movimientos sociales y el regreso de los organismo internacionales.