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Damnificados de Eta en Bilwi enfrentan la amenaza del retorno

Bilwi, tras el pase de Eta. Fotografía: Cortesía Limborth Bucardo.

La situación de los damnificados por el Huracán Eta en el Caribe Norte, que permanecen en los albergues aún es incierta, pues para este sábado deberán abandonarlos y regresar a sus comunidades, sin ayuda y sin condiciones para pernoctar.

Hasta ahora se desconoce cuántas familias quedan todavía en los albergues en Bilwi, pues los que tienen familias recurrieron a ellos ante la falta de asistencia gubernamental.

Un ejemplo, son los damnificados que permanecían en el albergue Luxemburgo, donde de unas 1,000 personas que fueron llevadas allí de las comunidades de Karatá y de Wawa Bar, por donde pasó el ojo del Huracán Eta, ahora hay alrededor de 200 personas, estima Juana Bilbano, directora de Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan).

Bilbano pudo conversar con algunos de los damnificados, sobre todo mujeres, pese a la vigilancia de la Policía, lo que asegura hace difícil conocer exactamente la situación.

“La preocupación de las mujeres es que a donde van a estar si la comunidad ya no existe, no hay ningún techo ni plástico, ni una carpa o que el gobierno no ha dicho a ellos un plan, que diga mira te lo vamos a llevar, te lo vamos a dejar en un lugar y después vamos a ver como resolvemos”, manifestó la defensora de derechos humanos.

Bilbano confirmó que hay albergues donde los damnificados no han recibido más que arroz cocinado con agua, del que han recibido un plato por familia. Y en el caso del albergue de Luxemburgo, les facilitaron colchones, pero “es prestado les dijeron, porque después cuando se trasladen a sus comunidades tienen que devolver”.

“Y eso nos estaban diciendo ‘¿Cómo nos va a quitar? , dicen, nosotros vamos donde no hay nada’ y después dicen que les devuelva”, refirió Bilbano tras apuntar que estas personas perdieron todo, salieron con la ropa que llevaban puestas.  

A su vez, los damnificados transmitieron a la directora de Cejudhcan su molestia porque a los albergues solo han llegado a levantar listas y a tomarles fotografías, pero sin ninguna ayuda.

“Para mi que debe haber un acompañamiento más organizado de las autoridades de las comunidades con las autoridades del gobierno regional o con las alcaldías, para que la gente esté segura o tener una esperanza”, refirió Bilbano, quien explicó que Cejudhcan tampoco tiene una respuesta y únicamente puede visibilizar la situación de los afectados por Eta.  

Cejudhcan tiene informaciones de comunidades cercanas a Bilwi, que resultaron afectadas de forma parcial donde las familias reportan viviendas sin techo. Pero que su situación impacta en la alimentación, dado que los comunitarios viven del día a día.

Por ejemplo, menciona Bilbano la comunidad de Krukira, al norte de Puerto Cabezas, sus habitantes llevaban tres días sin poder alimentarse porque tampoco pueden salir a pescar.

“Si ellos hoy no salen a buscar comida, pues no la tienen. ¿Qué pasa allí? Estaban sin comida, sin agua, los que lograron acopiar un poquito de comida la compartieron. Y ya no tenían, vos sabés que el huracán se dilató dos días”, expresó Bilbano.

Los comunitarios de Krukira reportaron que “llegó una brigada a observar, esperamos que les den una respuesta, esa gente ya tenía problema de crisis alimentaria, ahora se va a empeorar, con COVID -19, más la invasión de los colonos y el huracán Eta se está triplicando su situación”.

«Temíamos lo peor»

El padre Javier Pla, vicario de la Mosquitia, Diócesis de Siuna, escribió en la página de la Diócesis, la experiencia vivida con el pase del ciclón por Bilwi. «Nosotros temíamos lo peor. Los árboles caían, las láminas volaban y los techos golpeaban. A la noche todo amainó y no parábamos de dar gracias a Dios porque todos estábamos con vida”

“El lunes empezaron los vientos fuertes y nos tuvieron en vela toda la noche: oración, miedo, solidaridad y esperanza se entremezclan. El martes amaneció y seguían los grandes vientos y la lluvia hasta que el centro de huracán empezó a atravesamos. Intensificamos la oración y el miedo quería vencernos, pero no pudo. Eta tenía categoría 4 y llevaba rachas de 300 kilómetros por hora», relata el sacerdote.

“Los daños materiales muy grandes especialmente en las comunidades de Litoral Sur. Allí han desaparecido la mayoría de las casas. En Bilwi vamos conociendo los efectos y yo, por lo que voy conociendo, hay un 30% con afectación total o severa. Otro 30% con graves desperfectos y un 40% con mínimos. El tiempo nos hará ver la realidad”, dice el padre Pla.

“En la parroquia el templo quedó severamente afectado y todos pondrán su grano de arena y seguro nos ayudarán. El seminario, la casa de las Hermanas Lumen Christi y el colegio han sufrido graves afectaciones. En las Carmelitas la incidencia ha sido menor”, describe el sacerdote.

“Gracias sean dadas a Dios y la Virgen que nos han acompañado y nos dejarán de su mano. Hemos empezado a hacer ayudas de alimentación en los albergues y con algunas comunidades más afectadas. Estamos gestionando algunas ayudas de zinc para los techos de familias más pobres y ya haremos campaña en Puerto y fuera para reconstruir el templo parroquial. Echemos fuera el miedo y la tristeza que tenemos. Sintamos el brazo poderoso de nuestro Dios y unámonos para ayudarnos a levantar”, concluye el escrito del sacerdote Pla.

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