“Las láminas salieron volando, luego del huracán las volví a poner en su lugar”, relata Francisco, habitante del Barrio Rosario Murillo, de Bilwi, quien junto a su familia sobrevivieron a la arremetida del Huracán Eta.
La familia de Francisco al igual que muchos pobladores de Bilwi habían buscado refugios en albergues previo al pase del Huracán Eta, donde únicamente les garantizaron las instalaciones, no así alimentación por lo que debieron volver a sus viviendas, donde ahora no pueden consumir agua del pozo.
Francisco comentó a Brisa y Limborth Bucardo que la única ayuda recibida fue lo poco que les pudo llevar el juez del barrio.