Tras las denuncias de maltrato a los presos políticos de La Esperanza y La Modelo ocurrida en febrero pasado, la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), dirigió comunicación al régimen para solicitar información sobre ese tema, hasta la fecha no ha recibido respuesta.
A través de su boletín mensual sobre la situación de Nicaragua la OACNUDH, recoge lo expresado por el subprocurador de derechos humanos, Adolfo Jarquín Ortel ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el 27 de febrero pasado, que su institución había visitado las cárceles y “que no había encontrado ninguna evidencia de que los detenidos hubieran sido sometidos a actos de tortura”.
Pese a todo, OACNUDH refiere en el boletín mensual correspondiente a febrero, que la situación de las personas privadas de libertad por su participación en las protestas contra el gobierno “continuó siendo preocupante”.
Y menciona que en ese período recibió informes de malos tratos a varios de los presos políticos por parte de funcionarios penitenciarios. Indica por ejemplo, que el 7 de febrero al medio día entre 20 y 30 guardias golpearon a ocho presas políticas en la penitenciaría La Esperanza cuando estas intentaban evitar que tres de ellas fueran trasladadas a un lugar diferente dentro de la prisión. Supuestamente una de las mujeres no pudo levantarse de la cama durante al menos un día como consecuencia de la golpiza, expresa.
También expone el caso de un grupo de presos políticos de la galería 16 de La Modelo que fue golpeado por cantar el Himno Nacional, así como que presos políticos hayan tenido que recurrir a la huelga de hambre para evidenciar su situación.
También llama la atención de OACNUDH que el Ministerio de Gobernación ha publicado junto al listado de presos excarcelados las direcciones del domicilio de cada uno de ellos.
“A la OACNUDH le preocupa que, en el actual contexto altamente polarizado la divulgación pública de las direcciones de las personas excarceladas pueda exponerlas a ellas y a sus familias a amenazas y represalias”, refiere el boletín de OACNUDH.
La reanudación de las negociaciones “constituye una oportunidad para hacer frente a la crisis política y social y a sus causas subyacentes que incluyen ‘la erosión sistemática de los derechos humanos a lo largo de los años y ponen en evidencia la fragilidad general de las instituciones y del Estado de Derecho’”.
Sin embargo, esa oficina reitera lo que dijo anteriormente la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, de que “si las detenciones y condenas de personas que expresan opiniones disidentes continúan, los esfuerzos para mantener un diálogo podrían quedar seriamente socavados”.