La intensidad de las protestas sociales ha disminuido en los últimos meses en Nicaragua a un promedio de dos protestas diarias y en esto ha incidido el despliegue masivo de las fuerzas represivas del régimen, que lleva a la población a percibir un riesgo por lo que no hay condiciones para “oleadas de protestas masivas”.
Lo anterior es parte de un informe realizado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), en base al monitoreo de sismología social realizado por el observatorio de la democracia.
Según el mismo, ese organismo ha monitoreado los reportes de medios de comunicación sobre 55 meses de protestas registradas en Nicaragua, que incluyen las “oleadas de protesta” de 2018 con un escenario difícil y cuando ocurrieron más de dos mil eventos de los cuatro mil registrados de 2016 a la fecha.
A partir de diciembre de 2019 a la fecha, el Observatorio destaca en su informe que en el país empezó a ocurrir lo que llaman “deriva temática” y es cuando hubo variedad en el motivo de las protestas como servicios básicos, económicos. Y luego con la pandemia de COVID -19 vinculados a la salud.
Un mes antes, el informe señala que hubo 75 protestas, que estuvieron vinculadas a la huelga de hambre promovida por un grupo de madres
Ante la proximidad del período electoral el informe contempla posibles escenarios de movilización los que dependerán de diferentes factores en que se presenten los resultados de los mismos.