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Desempleados obligados a reinventarse

Manuel Esquivel, fotoperiodista con amplia trayectoria – Fotografía: Cortesía

Durante 28 años Manuel Esquivel recorrió cada día 74 kilómetros, en ida y vuelta entre su casa a la empresa, donde laboró en la Carretera Norte, pero tras la difícil situación económica que enfrentan los medios de comunicación independientes, de pronto un día se vio en el desempleo.

Sin duda, Esquivel es un talentoso de la fotografía, labor en la que se ha desarrollado durante 38 años.

El impacto emocional del despido «fue traumático», pues en todo esto hubo » una ruptura» , un quiebre de una actividad cotidiana, recuerda Esquivel, quien después que fue cesanteado por varios días buscaba un pretexto para dejar su casa y hacer el mismo recorrido.

A través de su lente, durante este tiempo Esquivel ha logrado capturar una buena parte de la historia de este país: asonadas, inundaciones, huracanes y la más reciente la resistencia de Monimbó, en Masaya.

Por su trabajo ha sido merecedor de premios y reconocimiento como el de la Agencia Centroamericana de Noticias, por una fotografía tomada en 1993 en la entrada de la iglesia de Las Sierritas donde trágicamente fallecieron asfixiadas tres personas durante las fiestas agostinas cuando retornaba la imagen de Santo Domingo a su templo, un premio de una organización española tras pasada las inundaciones del Huracán Félix.


Imágenes con las que Manuel Esquivel obtuvo reconocimiento en 1993
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También su labor ha quedado plasmada en un libro fotográfico: Herencia maldita, en el que en imágenes cuenta la historia de los afectados por el Agroquímico Nemagón y que en esa ocasión quedó entre los trece mejores trabajo, de América Latina en el concurso promovido por la Fundación García Márquez.

Busca reinventarse

Y aunque dice que está enfocado en ver el fotoperiodismo desde otro ángulo, dos meses después del despido Esquivel busca cómo reinventarse.

Ha empezado a implementar actividades de sobrevivencia empezando con proyectos caseros como la crianza de gallinas, que asegura lo disfruta junto a su esposa, igual ha incursionado en pequeños proyectos de capacitación en fotografías dirigidos a empresas privada y junto a sus hijos impulsa un proyecto de producciones de promocionales dirigido a la pequeña empresa.

Y entre sus sueños está poner en marcha un proyecto sin fines de lucro iniciado hace dos años postergado por el trabajo y que consiste en trasladar a la plataforma digital la música de reconocidos maestros del pentagrama nacional para que sean conocidos por nuevas generaciones. Así como con el apoyo de jóvenes músicos trasladar al piano la ejecución de piezas que originalmente han sido tocadas con marimba.

Los medios de comunicación están entre las empresas afectadas no solo por la crisis sociopolítica y económica sino por la represalia del régimen y que en el caso de los diarios escritos el régimen les retiene la tinta y papel.


Esquivel logró capturar la resistencia de Monimbó, en Masaya.
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Empresa privada afectada

La crisis económica que impacta a la empresa privada en general se ve traducido en la disminución de afiliados a la seguridad social.

Igual que Esquivel 95,808 personas quedaron sin empleo el año pasado, mismas que según informe del Banco Central, en su página web se desafiliaron durante el 2018 del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), con relación al 2017.

En 2018 el INSS registra 818, 396 personas afiliadas a la seguridad social cuando en el 2017 el INSS contaba con 914, 196 afiliados. Y aunque aún no se aprueban las pretendidas reformas fiscales, las reformas a la seguridad social y, la difícil situación provocada por los diez meses de represión del régimen contra una gran parte de la población ha llevado a muchos a reinventarse, asegura la socióloga Martha Munguía.

Por ejemplo, mencionó que del sector de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), considerado uno de los más afectados con la crisis económica, «hay un ejército de consultores especializados» sin alternativas de empleo y han optado por ejercer actividades menores.

Menciona Munguía, que por ejemplo en departamentos como Estelí, el impacto es evidente y otros sectores económicos afectados son el turismo y la empresa tabacalera.

Munguía refiere que entre las alternativas más usuales destacan los comedores populares, ventas de comidas rápidas con servicio de entrega, entre otros que posiblemente en este momento está siendo rentable, pues ahora la opción son pequeños negocios, pero como poco a poco se va perdiendo aún más la capacidad de compra, llegará un momento en que estas personas una vez más tendrán que reinventarse.

A lo inmediato crecerá más el sector informal y las pequeñas empresas serán perjudicadas a corto, mediano y largo plazo, estima Munguía. Y la gente que ha sido pobre pasará a la extrema pobreza, dice Munguía.


Serie de fotos titulada «Pequeños esclavos de la mina La India» nominado por UNICEF
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Salud y educación en riesgo

El sistema de salud y educación están entre los que enfrentan más riesgos. En el caso de la salud aumentará el desabastecimiento médico que empieza a observarse, y que en el caso de los enfermos crónicos que están asegurados, en el sistema de seguridad social ya les entrega incompleta la lista que deberían recibir, dijo la especialista.

En el campo de la educación por la falta de trabajo el país enfrenta la fuga de cerebros lo que también representa la separación familiar y que en un futuro tendrá algún impacto para el país, mientras muchos estudiantes no podrán continuar sus estudios por falta de capacidad económica, señala Munguía.

Esto llevará a la gente a tener que comer menos y cambiar de dieta alimenticia, explica Munguía, quien estima que la sociedad ya está enferma emocionalmente.

Munguía dijo que hay factores que deben alertar a la población: pérdida de empleo, un ambiente de duelo permanente, restricciones y una historia de duelo no resuelto.

Esta depresión económica genera mayor depresión (emocional) pues esto se suma a problemas debido a la masacre


sostuvo Munguía.

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