El centro PEN Nicaragua ha decidido suspender de forma indefinida sus actividades, de acuerdo a una carta abierta de su presidenta, Gioconda Belli. De esa manera, la organización que acoge a escritores, poetas, periodistas, académicos y ensayistas, en el país es la primera en anunciar esta situación a raíz de las leyes represivas impuestas por el régimen.
Al explicar los motivos de la decisión, Belli expresa que desde 2018, el Ministerio de Gobernación no les extendió certificación, aunque presentaron en regla los documentos solicitados, al igual que le pasó a otras ONG, esto les impidió optar a proyectos “y nuestra cuenta bancaria fue cancelada”, lo que les llevó desde entonces a funcionar al mínimo.
Y a la situación que ya arrastraban, se suma “la ley de Agentes Extranjeros, con sus infinitos requisitos que requerirían un personal del que carecemos, sólo se aplica en nuestro caso por suscribirnos a los ideales y las propuestas éticas de PEN Internacional”.
Belli aclara que PEN internacional no les impone “un determinado modo de funcionar, ni existe otra vinculación más que la de formar parte de este tejido internacional de centros culturales y de apoyo a la labor de los escritores”.
“A pesar de que nuestros fines y trabajo responden a ideales humanitarios y libertarios, estamos conscientes de que esta vinculación haría que el Estado nos impusiera la inscripción como agentes extranjeros y el cumplimiento de requisitos mensuales que no se corresponden con la realidad de nuestras limitaciones”, señala Belli en su carta.
Tras referir: “Por otro lado, ninguno de nosotros se considera agente extranjero. Somos nicaragüenses que sólo hemos querido el desarrollo cultural de nuestro país. Por estas razones, la Junta Directiva que presido y la Asamblea de miembros, hemos decidido suspender indefinidamente el centro PEN en Nicaragua”.