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Habían planificado atentado contra monseñor Báez

Monseñor Silvio Báez – Fotografía: Antonio Ramírez

Aunque no hay mayores detalles de la existencia de una plan para atentar contra la vida del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, durante los días más crudos de la represión en Nicaragua, en 2018, por lo referido por el sacerdote Augusto Gutiérrez, se estima que éste ha estado consciente del riesgo en su contra.

Báez asiduo usuario de las redes sociales y quien se encuentra en Roma, no ha hecho comentarios sobre este hecho.

A través de su cuenta de Twitter señaló que “esta mañana 4 de abril encontrándome en Roma, fui invitado por el Papa Francisco a una audiencia privada con él en el Palacio Apostólico. Agradezco su fraterna presencia y su interés por mi ministerio y la iglesia de Nicaragua. Volveré a Nicaragua Dios mediante el lunes”.

A principios de julio, cuando en Masaya no se podía movilizar en vehículo una persona llevó al padre Gutiérrez a Managua, para entrevistarse personalmente con monseñor Báez y allí supo que: “lo habían amenazado”.

Gutiérrez había viajado a Managua para conversar con Báez, su exprofesor en el Seminario en Guatemala, sobre la tensión que vivían en Masaya. En esa ocasión, “él me transmitió mucha paz, me dio la bendición”, dice Gutiérrez quien recuerda que lo alentó, “aunque sentíamos miedo, pero Dios estaba con nosotros”.

Explica que en esa ocasión él visitó a Báez en su apartamento, donde el obispo auxiliar le recordó que eso le había pasado a Jesús. “Él agarró la Biblia en la oficinita que él tiene en su su apartamentito (…), me abrió el Evangelio de Juan y en el capítulo 11, me dice mira y me leyó y decía Jesús amenazado de muerte se retiró y vivía de forma clandestina, entonces me dice ahorita nos toca hacer lo mismo, al Señor lo persiguieron y hubo un tiempo en que se escondió (….) me dijo, nos toca a veces pues, estar clandestinos, estar escondidos”, manifestó Gutiérrez.

Gutiérrez señala, que ese intercambio con el religioso para él “fue como un compartir, la misma sensación, pero también la fe y la confianza, si a Jesús le pasó nosotros que somos delante de él, entonces sigamos (…) me dio la bendición y lloré también”, comenta Gutiérrez, quien recuerda que en ese momento allí estaban familiares de Báez que también estaban siendo asediados, por su parentesco con el obispo auxiliar de Managua, lo que les llevó a dejar el país.

En esa ocasión, sostiene Gutiérrez, visitó a Báez porque “me sentía un poco agobiado, por la tristeza y todo de lo que estábamos viviendo (…) lo busqué para desahogarme un poco, contarle lo que estábamos viviendo en Masaya (…) porque para mi es un ejemplo de sacerdote, de pastor, de nicaragüense, por eso fui”.

Pese a todo, Gutiérrez asegura que en esa ocasión encontró a Báez fuerte “espiritualmente hablando”.

Dogu: habían planes de asesinato

Durante una charla con estudiantes de la Universidad de Indiana, en Pennsylvania, a fines de marzo, la exembajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu, fue quien destapó las amenazas de atentado contra ella y contra Báez.

Dogu mencionó que Báez y ella habían sido objeto de “un plan de asesinato contra otros”, a quienes suponían como parte de un movimiento antigubernamental por las protestas pacíficas que iniciaron en abril del 2018 y que el régimen Ortega Murillo mandó a reprimir, según el Diario The Indiana Gazzete, de Pennsylvania. Dogu lo expresó durante una charla en el campus de la Universidad de Indiana, en Pennsylvania, donde aseguró que el plan en su contra fue detectado antes de que dejara su cargo como embajadora en Nicaragua.

Dogu consideró que el inicio de los tres años que ella fungió en Nicaragua como embajadora fueron “bastante tranquilos y terminó literalmente de golpe”. No obstante, la diplomática no expresó si Báez estuvo al tanto de los planes en su contra.

La presencia de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), como mediadores en el primer diálogo nacional fue a solicitud del mismo régimen y los obispos como Báez, fueron la voz del pueblo cuando fue reprimido y clamaron porque se hiciera justicia y se conociera la verdad de lo ocurrido.

En Diriamba los paramilitares no respetaron a Báez y fue uno de los golpeados en la Basílica de San Sebastián, pero además a lo largo de más de once meses que ha durado la resistencia pacífica, Báez ha sido uno de los obispos, más objetivizados por fanáticos del régimen. Y ha recibido todo tipo de calificativos que van desde golpista, que debe estar en el exilio o ser llevado a los tribunales, e incluso han manipulado audios para hacer creer que se trata de la voz del religioso.

No obstante, no es la primera vez que su vida ha estado en riesgo, desde el crimen del padre Marlon Pupiro en La Concepción, Masaya, en 2011 se llegó a asegurar que los autores del crimen pretendían tenderle una trampa a Báez, quien era el objetivo real de los captores del sacerdote de La Concepción.

Momento difícil para Nicaragua

Los tres años de Dogu como embajadora en Nicaragua, los calificó como «un período que comenzó bastante tranquilo y terminó literalmente de golpe».
A casi un año de los sucesos enfrentados por la población Dogu consideró que fue «un momento muy difícil para Nicaragua y un momento muy difícil para mí y para mi equipo que trabaja allí en el terreno».

Dogu describió la serie de maniobras políticas y legales que llevaron a un sistema que le permitió a Ortega regresar al poder con solo el 38 por ciento de los votos y la transición del control a los sandinistas.


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