Opinión Portada

No puede haber paz sin libertad


Christoph Bundscherer, Embajador de la República Federal de Alemania


Hace exactamente 30 años, el 3 de octubre de 1990, los alemanes del este de
nuestro país se reunificaron con los alemanes del oeste, después de más de cuatro décadas de división involuntaria. Un año antes los alemanes orientales habían
logrado derribar el Muro de Berlín y de forma pacífica alcanzar la libertad.

La Guerra Fría había llegado a su fin, el mundo había cambiado y las ideas de libertad se extendían nuevamente. Un viento fresco sopló sobre el este de nuestro continente. El escritor Stefan Heym dijo en aquel entonces: «Es como si alguien hubiera abierto las ventanas».

Y hoy, seguimos citando lo que Michail Gorbatschow dijo al gobernante de Alemania Oriental Erich Honecker: «A quien llegue tarde, la vida lo castiga».

Hoy en día Gorbatschow probablemente usaría la misma frase para llamar a Aljaksandr Lukashenka, el último dictador en Europa, quien no solamente lucha contra su propio pueblo, sino también contra el curso de la historia. Hace treinta años, la libertad triunfó en Europa y ya no hay lugar para los dictadores allí.

«Unidad y justicia y libertad para la patria alemana» – con estas palabras comienza
nuestro Himno Nacional. La Unión Europea también respalda los valores de «Unidad,

Justicia y Libertad» y estos valores deben ser defendidos a diario. La pandemia del
coronavirus, la crisis de las deudas nacionales, la crisis de la migración, pero
también el desarrollo del estado de derecho en algunos Estados Miembros plantean constantemente a esta Europa nuevos desafíos.

No puede haber paz sin libertad de expresión, libertad de prensa, libertad para
formar partidos políticos, un poder judicial independiente y elecciones libres. Porque la unidad de un pueblo sólo puede mantenerse en un país libre y tolerante.

¡Renunciemos a la intolerancia, a la exclusión y a la incitación al odio! Cualquiera
que tenga una opinión diferente es también un ser humano, y debemos tratarlo como tal. Sólo una sociedad que tolera la diversidad de opiniones tiene un futuro pacífico.

En un año, a finales de 2021 llegará otra vez el momento: Millones de votantes
acudirán a las urnas. En unas elecciones libres, justas y observadas
internacionalmente elegirán un nuevo gobierno.

Angela Merkel ha anunciado que ya no se presentará a las elecciones para el cargo de Jefe de Gobierno, por lo que después de 16 años las elecciones al Parlamento Alemán también darán lugar a un gobierno con un nuevo liderazgo; un gobierno con nuevas caras y nuevas ideas, que tal vez dé esperanza a quienes no están satisfechos con la política actual de Alemania.

Estas elecciones me hacen ya ilusión, pero por otra razón: Una elección democrática es tan emocionante como un partido de fútbol: ¡No sabes quién ganará hasta el final!

Para las elecciones del próximo mes en los EE.UU algunos incluso predicen tiempo extra o penaltis. Pero tanto en las elecciones, como en el fútbol, vale lo mismo: El que comete una falta dura recibe la tarjeta roja.

Sólo un gobierno que surge de una elección libre, justa y transparente goza de reconocimiento internacional. Por eso Belarús no merece un trofeo este año y por eso no hemos reconocido el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Venezuela. Una democracia incluye justamente la posibilidad de un cambio pacífico de poder.

Finalmente también unas palabras sobre Nicaragua, ese maravilloso país que nos
ha acogido generosamente a mi familia y a mí; ese país cuya gente es
particularmente afectuosa y simpática; ese país cuya belleza natural ha fascinado a cientos de miles de turistas: Me da mucha pena experimentar cómo los
nicaragüenses han sufrido y siguen sufriendo la crisis socioeconómica y ahora
también la pandemia.

Admiro al pueblo nicaragüense por la forma en que trabaja duro cada día para sacar lo mejor de esta difícil situación. También los admiro por la
disciplina con la que han logrado superar la crisis del coronavirus sin quejarse
constantemente. Me gustaría poder decir lo mismo de Alemania y de nuestra capital Berlín.

De igual manera el año que viene, el ducentésimo después de la independencia, les
espera con muchos desafíos. Les deseo a todos que sea posible superar los
problemas no resueltos del país de forma pacífica y por consenso. Alemania está
unida a Nicaragua a través de una amistad muy duradera y así seguirá siendo.
¡Cuenten con nosotros aún en tiempos difíciles! ¡Alemania está a su lado!
¡Viva Alemania unida! ¡Viva Nicaragua unida!

Mensaje del Embajador de la República Federal de Alemania, con motivo de la Unidad Alemana

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