País

Nicas refugiados en Costa Rica sortean calamidades

Nicas refugiados en Costa Rica pasan dificultades – Fotografía: Manuel Esquivel

Cuando la periodista María Teresa llegó al refugio ubicado en un lugar de Costa Rica, estaban por desalojarlos y les habían suspendido el fluido eléctrico , por falta de pago.

Un nicaragüense que al igual que el resto se vio forzado a abandonar el país tras la represión desatada por el régimen pidió a la propietaria le permitiera alojarse en el lugar, luego llevó a unos ocho nacionales, posteriormente el número se elevó a quince y así se fueron sumando hasta completar 55 personas.

Una mayoría adultos y con orden de captura y sin ningún ingreso, pero el nicaragüense que servía de organizador ofreció a la dueña pagar un alquiler del inmueble, en el que se acomodan hasta siete personas por cuarto donde duermen en el suelo en pequeñas colchonetas.

Cuando María Teresa, nombre ficticio por seguridad, llegó estaban por echarlos, por lo que esta se apresuró a buscar ayuda a través de una amiga que les contactó con organizaciones y nicaragüenses residentes en varios estados de Estados Unidos y Canadá, quienes depositaron ayudas por 200 dólares a 300 dólares hasta completar los mil 400 dólares del alquiler.

La represión que han sufrido muchos nicaragüenses les ha llevado al éxodo forzado – Fotografía: Antonio Ramírez

Aunque pudieron pagar lo correspondiente a febrero los refugiados necesitan pagar la renta de otros meses y costear necesidades como colchonetas y frazadas entre otros así como alimentos, pues en el lugar la ayuda alimenticia fue entregada hace tres meses.
«La dieta para el refugiado es arroz y frijoles negros», a veces acompañado de pastas. Pero pronto ya no tendrán ni arroz porque se agota.
María Teresa pide que en caso que haya alguna persona solidaria, la ayuda la realicen directamente al refugio, porque ha conocido de experiencias que la ayuda enviada en otros refugios no llega en totalidad a los afectados.
Todavía hay nicaragüenses que cuando recién llegan a San José, duermen en el parque La Merced, mientras hayan donde colocarse, comenta María Teresa.

El 19 de enero pasado María Teresa, dejó su casa en Masaya a la mayor brevedad posible, se colgó al hombro un bolsito y salió con la ropa que llevaba puesta, cuando fue advertida que ya había orden de captura en su contra.

No había tiempo para preparar maletas corrió tan de prisa que por la tarde de ese día ya se había encontrado en la frontera con uno de sus dos hermanos, que también debió exiliarse.

A María Teresa le atribuyen entre otros delitos el financiamiento de tranque.

El refugio no solo alberga a los que están de forma permanente sino que también acoge a los nacionales que pasan de tránsito mientras se ubican, con quienes comparten lo poco que tienen.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *