El régimen utilizó todo tipo de argucias este jueves 23 de mayo para aparentar que Nicaragua está en normalidad. La población hizo lo propio para contrarrestarlo.
En Managua las patrullas policiales, trabajadores de la Alcaldía amanecieron haciendo todo tipo de labores en las calles con la intención de hacer creer que no existe ningún paro nacional.
Incluso desde el miércoles por pequeñas lloviznas en el país el régimen declaró alerta amarilla para el Pacífico y alerta verdad para la parte central del país y activó a los comités municipales ante las bajas presiones.
Sumado a esto, las presiones a través de la Superintendencia de Bancos al sistema financiero nacional y a las empresas a través del Ministerio del trabajo (MITRAB), advirtió “que todas las actividades de los diferentes sectores económicos, privados o públicos, se desarrollarán de manera normal”.
“Se informa tanto a empresas como a empleadores que el incumplimiento de lo dispuesto en esta comunicación da paso a los procedimientos y sanciones establecidas en la legislación laboral vigente en lo referente a la tutela y protección de los derechos laborales de los trabajadores”, dice el MITRAB.
Sin embargo, hasta el medio día bancos, empresas, supermercados, mercados locales y universidades que abrieron sus puertas aún están vacíos porque la protesta ciudadana incluye el paro de consumo.
Desde el miércoles por la noche circularon informaciones sobre todo tipo de presiones a colegios públicos y semiprivados para que las autoridades educativas no suspendieran las clases, pero aunque los centros de enseñanza abrieron sus puertas, los padres no enviaron a sus hijos.