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La separación de su matrimonio y el distanciamiento de su familia, le ha costado a William Aragón el ejercicio periodístico


Una madrugada de junio del 2018 la vida de la familia del periodista William Aragón estuvo en peligro. Fue uno de los tres ataques a balazos contra su vivienda perpetrados por grupos de paramilitares, entre ellos un hermano suyo.

“Un hermano mío que es paramilitar allí en Estelí allí lo llevaron y él no sabía que en la casa que él estaba disparando con fusil Ak, era donde yo estaba viviendo en ese momento, él realizó tres disparos, yo me di cuenta por otro amigo de él que es paramilitar y él me comentó (…) él no sabía que la casa donde le habían mandado a disparar era donde yo estaba viviendo”, relató Aragón.

Y es que, desde abril del 2018 a la fecha, la cobertura periodística que ha realizado en la zona norte del país a Aragón, le ha llevado a sufrir todo tipo de asedio por allegados al régimen Ortega Murillo y que van desde el hostigamiento, amenazas, horas de arresto ilegal por la Policía del régimen en Estelí y que les ha causado traumas a sus pequeñas hijas, incluso la separación de su matrimonio, por considerar que ponía en peligro el hogar.

Aunque aclara, que la situación de acoso que ha enfrentado no comenzó en abril pasado, pues desde años anteriores debió enfrentar acusaciones en los tribunales de justicia, debido a la cobertura que ha realizado.

“Fui procesado siete veces en los juzgados en el Departamento de Madriz”, señala Aragón, en su mayoría por injurias y calumnias, en relación al hostigamiento enfrentado desde antes de abril del año pasado.

Ni siquiera puede visitar a su madre

Actualmente Aragón brinda cobertura periodística en Madriz, Nueva Segovia y Estelí, en ese último departamento donde habita su madre, sin embargo, su familia ha llegado al extremo de solicitarle que no la visite bajo el alegato que los pone en riego.

La situación se agrava porque buena parte de esa zona donde labora Aragón entre la población se ha rumorado que hay incluso sitios de entrenamiento de paramilitares.

 Y que el reportero sostiene que ha conocido que entre Madriz y Nueva Segovia han sido utilizado un estimado de 1,700 paramilitares para reprimir a la población en esa zona del país. E incluso denunció que en Somoto estos operan a la luz del día usurpando las funciones de la Policía.

Hubo un momento en que a causa de la situación de intimidación que enfrentaba Aragón, este llegó a contemplar la idea de abandonar el país como lo han hecho miles de nicaragüenses y más de sesenta periodistas que ante el acoso y amenazas constantes recurrieron al exilio forzado.

No obstante, esta situación lo llevó a hacerse una pregunta “¿Por qué me voy a ir de mi Patria?”

Y pese a que su decisión representa un riesgo constante para su vida, Aragón ha decidido continuar ejerciendo la labor de periodista. Él es uno de los miembros de la comisión ejecutiva de la organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), que, durante la segunda asamblea, celebrada este 4 de mayo nombró a sus dirigentes gremiales para un período de un año.

El caso de Aragón, es tan solo un ejemplo de la situación que a diario deben sortear los periodistas que integran esa organización, cuyo compromiso es únicamente con el ejercicio ético del periodismo en Nicaragua y que por su independencia deben sufrir descalificaciones y presiones de todo tipo.


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