Mientras la institución policial sigue cuestionada por su actuación tras 17 meses de represión en contra de la población de Nicaragua, para este 2019 el régimen decidió promover un crecimiento de la estructura jerárquica, con el ascenso de nueve comisionados mayores a comisionados generales.
Desde 2007 que volvió al gobierno Daniel Ortega, por primera vez autoriza una cifra similar de oficiales ascendidos, que de no prever a lo inmediato el retiro de oficiales superiores esa institución pasa a contar con 33 jefes superiores en la escala de mando, lo que aumenta aún más su presupuesto destinado a salarios.
Pese a que la igualdad de género ha sido utilizado por el régimen para mejorar la imagen a nivel internacional, de nueves ascendidos, solo una es mujer.
Los nuevos comisionados generales son: Máximo Ernesto Roa Silva, Zhucov Serrano Pérez, Bladimir de Jesús Cerda Moraga, Victoriano Antonio Aráuz Duarte, Jardel Alfredo Gutiérrez Ubau, Mercedes Amador, Doroteo Álvarez Zapata, Salvador Tórrez Aróstegui y Rolando Padilla Pérez.
Igual en el Anuario Estadístico de 2018 aparece registrada la estructura jerárquica en el que señala que esa institución cuenta con 24 comisionados generales, de ese total únicamente dos son mujeres.
En el Anuario Estadístico se establece que la Policía cuenta con 14,946 agentes de esos 1,810 es personal civil. Sin embargo, durante el acto del 40 aniversario de fundación de esa institución, el jefe de la misma, Francisco Díaz, aseguró que cuentan con 15, 755 oficiales cuando en 2014 tenía 12, 650. Y que el presupuesto en los últimos cinco años ha aumentado en un 36 por ciento.
Para la experta en temas de seguridad, Elvira Cuadra “los ascensos están cubiertos con el velo de la duda”.
“Creo que la mayoría de la sociedad nicaragüense se pregunta si esos ascensos son ‘premios’ por participar en acciones de represión o si en verdad a esos les correspondía (ascensos)”, expresó Cuadra.
Para un oficial en retiro de la Policía, que prefirió el anonimato, en estos ascensos es evidente que son promovidos por “lealtad”, pues considera que con el régimen “mataron la institucionalidad y por consiguiente no hay carrera policial”.
Para el oficial en retiro la decisión de asignarle el grado de comisionado general incluso a los oficiales que son “enlaces” de la Policía ante personalidades “es desproporcionado” al tiempo que deslegitima la relación de mando, cargo y grado que ha existido en la jerarquía.