Un llamado al régimen en representación del Estado de Nicaragua, a «garantizar la memoria, verdad y justicia sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidos en el contexto de la crisis», en Nicaragua, hizo el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao.
Lo anterior fue a propósito de haber cumplido un año el ataque a la marcha de las madres de abril, este 30 de mayo.
Por su parte, la Comisionada Antonia Urrejola, Relatora para Nicaragua y Relatora sobre Memoria, Verdad y Justicia, expresó: “Reconocemos la fuerza y legitimidad de las madres y de los familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos en su búsqueda de memoria, verdad y justicia”.
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En tanto la presidenta de la CIDH, comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, expresó que continuarán dándole seguimiento de cerca a la situación de derechos humanos en Nicaragua «con el objeto de asegurar que el Estado cumpla con sus obligaciones internacionales contraídas voluntariamente”.
En el primer aniversario del ataque a la manifestación la CIDH expresó su reconocimiento a las madres de las víctimas de violaciones de derechos humanos en Nicaragua e instó al Estado a establecer procesos necesarios relacionados con la justicia, reparación y memoria, reconociendo las violaciones a los derechos humanos cometidas y garantizando su no repetición.
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Esa Comisión reconoce el esfuerzo realizado por las “Madres de Abril”, «quienes junto a cientos de víctimas de la grave crisis de derechos humanos que afecta al país, siguen reclamando justicia y esperando el esclarecimiento de la verdad, la generación de memoria sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas y el acceso efectivo a la justicia y la reparación».
Y recuerda que hace un año, una de las movilizaciones más grandes en la historia reciente de Nicaragua, fue fuertemente reprimida por las fuerzas parapoliciales en colaboración con agentes de Policía del régimen. Ese día fueron asesinadas ocho personas en Managua, seis manifestantes y dos simpatizantes oficialistas y fueron asesinadas once personas en el resto del país.